IBM no es una empresa que actualmente esté produciendo procesadores, pero es una de las grandes potencias de investigación del mundo. Hace poco, en una colaboración GLOBALFOUNDRIES y Samsung, presentó un chip fabricado a 7 nm. Pero inevitablemente el actual material con el que se fabrican los chips, el silicio, está llegando a su límite, pero IBM ha puesto la mirada en el carbono para continuar con la Ley de Moore.
La compañía ha asegurado haber encontrado las claves para crear procesadores compuestos por transistores creados con nanotubos de carbono, y lo ha publicado como documento científico (paper) en la revista Science. El diámetro de estos nanotubos es inferior a los 10 nm, que si bien no llega a los 7 nm anunciados previamente, sí que es menor que los 14 nm de los procesadores más avanzados que están actualmente a la venta.
Por ahora la compañía ha conseguido conectar de una manera eficiente estos nanotubos de carbono en el laboratorio, abriendo las puertas a un futuro uso comercial. Pero como todas estas investigaciones, el problema real es llevarlos a la fabricación en masa. Es lo que ocurre por ejemplo con el grafeno, el material milagroso, pero que se tiene que investigar sobre todo cómo llevarlo al mercado a un coste bajo.
El problema real con el silicio es que, cuanto más pequeños son los transistores, más resistente es el silicio al paso de la corriente eléctrica, y cuanto más se reduce el tamaño menos electrones pueden moverse a la vez a través del transistor para realizar su cometido de cambio de estado entre encendido y apagado.
La principal ventaja de los nanotubos de carbono es que tienen una resistencia al paso de corriente mucho menor, y por tanto esto permitirá crear en el futuro procesadores con transistores de menor tamaño, muy por debajo de los 14 nm actuales, y los 10 nm creados por IBM con sus nanotubos de carbono.