Lo hemos visto en muchas películas de ciencia ficción, los cristales siempre han producido una fascinación en el ser humano hasta llevarlo a tal punto que se use como pantallas transparentes o simplemente como sistema de almacenamiento de información, como he dicho, todo ciencia ficción hasta ahora.
Investigadores de la universidad de Southampton llevan tiempo pudiendo almacenar información en cristales que cuentan con una resistencia a la temperatura de más de 1000 grados centígrados y cuya información permanecería inalterable durante millones de años (a menos que a alguien se le caiga de las manos), solventando de esta forma el problema que puede darse a veces en los SSD.
Para ello, se graba la información en las nanopartículas de cuarzo del cristal con un láser a alta velocidad separando cada pista de información una micra unas de otras (una millonésima de metro), almacenando cada bit de dos formas diferentes y hasta en 256 estados distintos, lo que permitie la capacidad de hasta 360 TB en un disco creado con este material.