Google tiene bastante difícil controlar todo el ecosistema Android para evitar la fragmentación, y uno de los intentos recientes de controlarla ha sido Android One. Pero no ha tenido el éxito que esperaba la compañía, ya que el lanzamiento de teléfonos de gama baja actualizados directamente por Google no se han vendido bien.
Por ello desde el The Wall Street Journal aseguran que Google va a tomar medidas para intentar reorientar la iniciativa Android One. La primera de ellas es darle mayor flexibilidad a los fabricantes a la hora de elegir los componentes para los teléfonos de esta línea. Hasta ahora Google indicaba qué procesador, cámara, tamaño de pantalla y resolución debían tener, entre otros, para recibir la aprobación de adhesión al programa. Ahora dará más opciones en componentes clave como la cámara (que requieren controladores especiales), y posiblemente mucha más libertad en el procesador.
El resultado de ese acercamiento estricto es que los fabricantes no podían optar por otros componentes más baratos y de calidad similar, y en lo único que podían diferenciarse es en diseño. El acercamiento de Google estaba bien para el mercado occidental, pero no para la gama baja en lo que prima es minimizar costes para ofrecer teléfonos a unos consumidores con un poder adquisitivo muy limitado.
El primer teléfono con la nueva filosofía de dar flexibilidad a los fabricantes será para la India por parte de la empresa Lava. La compañía tendrá libertad de elección de componentes y de precio de venta, y se podría anunciar próximamente. De cara a Google esto implica que tendrá que crear compilaciones de Android One para un teléfono no estándar, como lo serán a partir de ahora, por lo que Google va a estar dispuesta a asumir los costes de desarrollo, prueba y distribución.
Vía: The Verge.