Las empresas realizan de vez en cuando incursiones en sectores que les son totalmente ajenos. En el caso de Pepsi, a principios de octubre anunció que pondría a la venta de manera exclusiva en China un teléfono inteligente con su logo, aunque sean más bien un cambio de logos en un teléfono de otra empresa.
Esta phablet se ha puesto finalmente a la venta, y el teléfono en el que se basa es el Koobee Halo7. Incluye una pantalla de 5,5 pulgadas 1080p, estructura de aluminio, procesador MediaTek MT6592, 2 GB de RAM, 16 GB de almacenamiento interno, lector de huellas dactilares, cámara trasera de 13 megapíxeles y frontal de 5 MP. La batería es de 3.000 mAh, y tiene un grosor de 7,7 mm.
El teléfono llega mediante una campaña de micromecenazgo por la propia Koobee, en la que piden 3 millones de yuanes (unos 440.000 euros) para poner el dispositivo a la venta. De ellos ha conseguido recaudar en tres día el 37 %, y la campaña termina en dos semanas, con precio estándar de 1.299 yuanes (unos 190 euros), aunque los primeros patrocinadores pudieron adquirirlo por 699 yuanes (unos 102 euros).