Uber quiere cerrar uno de los múltiples frentes legales que tiene abiertos en estos momentos. La compañía quiere llegar a un acuerdo en dos demandas colectivas relacionadas con la llamada Safe Rides Fee (tasa de carreras seguras), por un importe de 28,5 millones de dólares.
Esta tasa ha sido cobrada a unos 25 millones de pasajeros, teniendo como propósito el cubrir los costes de la compañía a la hora de realizar la comprobación de antecedentes de los conductores, los cursos de seguridad que se les imparten, así como las inspecciones regulares de los vehículos.
En las demandas se indica que las comprobaciones de seguridad, así como el resto de las medidas, están muy por debajo de los estándares del mercado, no requiriendo huellas dactilares ni conocer en persona al conductor. En cuanto a la inspección de los vehículos, Uber admite que se les envíen fotografías de los vehículos en vez de realizar inspecciones de verdad. A todos los efectos, estaban aplicando una tasa engañosa, haciendo publicidad falsa.
A partir de ahora, Uber se compromete a no emplear determinadas palabras a la hora de publicitar su servicio, especialmente en cuanto a la seguridad del mismo. La tasa por la cual ha sido demandada pasará a llamarse Tasa por reserva.
El juez encargado del caso aún tiene que aprobar el acuerdo, aunque los 25 millones de clientes afectados recibirán una compensación escasa. A los 28,5 millones de dólares hay que quitarle el importe que se quedan los abogados, que suele ser del 25 por ciento, con lo que tocarán a unos 85 centavos cada uno.
Vía: The Next Web, CBS San Francisco.