La GTX 1080 aporta el rendimiento prometido

Nvidia ha levantado el veto para la publicación de los análisis de la GTX 1080 edición fundador, y de manera prácticamente unánime todas las pruebas apunta a lo mismo: Nvidia aporta lo prometido. Es una tarjeta de referencia, por lo que hay que esperar a las versiones personalizadas con overclocking de fábrica y a los modelos con mejores sistemas de refrigeración.

Pero de momento, a su frecuencia de 1607 MHz y con turbo de 1733 MHz, la GTX 1080 es una tarjeta gráfica de una sola GPU que, por su precio de 599 dólares (se situará sobre los 700 euros), no se le puede pedir mucho más. Es casi el doble de potente que la GTX 980, y bastante más potente que la GTX 980 Ti.

Pero yendo a lo importante, las pruebas de rendimiento de las distintas páginas son muy favorecedoras, tanto a 1080p, 1440p y 4K. Para que rinda prácticamente el doble que la GTX 980 es necesario realizarle overclocking a la GTX 1080 edición fundador, y de normal rendiría en torno a un 70 a 75 % más.

Mención aparte merece DirectX 12, aunque todavía faltan los controladores actualizados. Las pruebas son bastante dispares, con buenas ganacias en algunos juegos a cualquier resolución, y en otros solo a 1080p.

Nvidia ha revolucionado el mercado de las tarjetas gráficas con la arquitectura Pascal, aunque hasta que no lance las 1050 y 1060 esa revolución no llegará al común de los jugones. No todos quieren, necesitan o pueden tener una tarjeta gráfica que costará 700 euros, y ni siquiera la GTX 1070 que se situará sobre los 400 euros.

Tampoco es que sea necesario para los juegos actualmente en el mercado, pero la potencia de la GTX 1080 la hace a prueba de futuro. Salvo, claro está, que AMD también tenga preparadas gráficas de potencia similar para el futuro cercano, y las desarrolladoras aprovechen toda esa potencia adicional para dar un salto enorme en calidad gráfica a los juegos que salgan a finales de año o en 2017.

También hay que tener en cuenta que la GTX 1080, si bien es una gráfica que se comporta muy bien a 4K UHD, sigue siendo necesario crear un SLI para mantener esa marca de los 60 FPS en muchos de los juegos más recientes. Tampoco es que sea necesario, y realmente en la mayoría de juegos se jugará bastante por encima de los 30 FPS, y si se acompaña con un monitor con G-SYNC la experiencia de juego será muy adecuada, o mejor que con una GTX 980 Ti, pero no muy diferente.

Una nota sobre el precio

El precio se va a situar más que probablemente en torno a los 750 euros, aplicando la actual conversión euro-dólar y los impuestos. Los 599 dólares de partida son sin impuestos, ya que en EE. UU. el valor varía de un estado a otro (hay estados que no pagan IVA), y por tanto en todas las presentaciones se anuncian sin ellos. Aplicando una mera relación de cambio 1:1 y el 21 % de IVA en España daría una cifra de 721 euros de PVPR (precio recomendado por fabricante).

Hay actualmente GTX 980 que se pueden adquirir por 500 euros nuevas. Si se va a segunda mano, se pueden adquirir dos GTX 980 para hacer SLI por unos 800 euros, con más potencia que la 1080 (al menos la versión fundador), y quizás salga al principio incluso más barata esta opción. No es lo ideal porque los juegos no siempre reciben un perfil SLI con rapidez, y siempre hay problemas imprevistos.

Pero el PVP (precio de mercado) va a bajar una vez que se iguale oferta y demanda, porque al principio es previsible que tenga una fuerte demanda. La oferta será menor mientras Nvidia y los ensambladores ajustan la producción, por lo que hasta finales de verano quizás no se sitúe por debajo de los 700 euros. Un precio razonable para la potencia que tiene (si no miramos las de segunda mano).

Vía: Ars Technica, PC World, Tech Spot.