Microsoft quiere a toda costa que los usuarios de Windows se pasen a la más moderna versión de Windows 10. Con la llegada de los nuevos procesadores de AMD e Intel ha encontrado en ellos unos fuertes aliados, ya que los procesadores Ryzen y Kaby Lake no son compatibles con Windows 7 y Windows 8.1. Eso no significa que no funcionen o que no se pueda instalar Windows en un equipo que los usen, pero Microsoft ha optado por bloquear las actualizaciones de Windows en estos sistemas.
Los usuarios que quieran instalar actualizaciones de seguridad y características en estos sistemas recibirán el mensaje de que "el PC utiliza un procesador no compatible con la versión de Windows que se está usando" —y esas versiones son la 7 y 8—. La página de asistencia de Microsoft apunta a lo mismo, e indica que las actualizaciones para los procesadores Kaby Lake, Ryzen y el Snapdragon 820 —gracias a la nueva compatibilidad con procesadores ARM— en adelante solo están disponibles bajo Windows 10.
Vía: TechPowerUp.