Los fabricantes de placas base han sido muy tímidos a la hora de poner a la venta placas base para los procesadores Ryzen Threadripper, y Gigabyte de momento solo ha puesto a la venta la X399 Aorus Gaming 7. Aun así, es una placa base muy completa, que incluye conectividad wifi 802.11 ac y Bluetooth 4.2, además de un códec de audio ALC1220 de Realtek, y un controlador Ethernet Killer E2500 de Rivet Networks.
La configuración de las pistas PCIe se centra en poder hacer un tetra-SLI o tetra-CrossFire en disposición de x16/x8/x16/x8, dejando el resto de pistas PCIe hasta las 60 que pueden gestionar los Threadripper para tres SSD de tipo PCIe 3.0 x4 —dos de formato hasta 22110 y uno de hasta 2280—.
Dispone de dos cabezales para bombas de agua, dos para tiras de ledes RGB o compponentes con iluminación, otro para USB 3.1 frontal. En la parte trasera tiene un conector PS/2, un USB 3.1 tipo C y otro tipo A, ocho USB 3.0, un Ethernet, un audio óptico y cinco de audio de 3.5 mm. Para la alimentación se necesitan dos conectores de 12 V, uno de ocho pines y otro de cuatro.
Esta placa base ya está disponible por un precio de 369 euros.