Las compañías que operan dentro de la Unión Europa fueron obligadas hace tiempo por una reforma de las leyes de consumo a ofrecer un periodo de catorce días para realizar devoluciones de productos digitales. Steam fue reticente al principio a ofrecerlas, pero lo hizo, con una serie de condiciones razonables, como no haber jugado más de dos horas al título que se quiera devolver. Pero en el resto del mundo las cosas no son han sido tan sencillas, aunque en Australia, pese a que ahora ya acepta devoluciones, no lo hacía en 2014 cuando fue demandada.
Ha sido multada con tres millones de dólares australianos por la Corte Federal de Australia por «engañar a los consumidores» y por no seguir las normativas de protección del consumidor del país en otros apartados del las condiciones de uso del servicio. Según estas leyes, los consumidores australianos tienen derecho a realizar la devolución de un producto o servicio si no se adecúan a sus características anunciadas. Se considera que Valve operaba en el país, aunque fuera digitalmente, y por tanto tenía que regirse por estas leyes de consumo.
El tribunal también ha ordenado a Valve a informar en su web, de manera clara, durante doce meses los derechos que tienen los consumidores australianos, y a notificar a sus empleados de estas medidas, además de adecuar sus sistemas al sistema de devoluciones que se espera de una empresa que opere en Australia.
Vía: Hot Hardware.