La primera semana del año ha estado marcada por dos vulnerabilidades existentes en casi todos los procesadores del mundo, ya que se centran en explotar fallos en la ejecución especulativa. Es una técnica de optimización usada en prácticamente todos los procesadores, aunque una variante de ella, la ejecución fuera de orden, es específica de los procesadores Intel y algunos núcleos de arquitectura ARM. Puesto que los primeros rumores apuntaban incorrectamente a que Intel era la única afectada por las vulnerabilidades, es la primera en recibir tres demandas colectivas.
La primera de ellas fue registrada el 3 de enero en el distrito judicial de California Septentrional, y las dos siguientes el 4 de enero, con un espacio de apenas 11 minutos, fueron registradas en el distrito de Oregón y en el distrito de Indiana Meridional. Todas las demandas alegan que Intel no comunicó las vulnerabilidades en tiempo y forma, además de que ha ralentizado los procesadores por debajo de su potencia anunciada.
En este caso, todos los procesadores están afectados por la vulnerabilidad, por lo que siendo consecuentes, esta demanda debería ampliarse a los procesadores de Qualcomm, Mediatek, Apple, AMD, Rockchip, y tantas otras compañías que producen procesadores para PC y dispositivos móviles. Además, las compañías con infraestructura en la nube han estado confirmando que los parches para solucionar estos fallos de seguridad, Meltdown y Spectre, no tienen un impacto significativo en sus redes, como la propia Google. Aunque, eso sí, el impacto puede notarse en ciertos programas y entornos, pero se está hablando ahora mismo de que penalizaría en torno a un 5 % el rendimiento en un entorno real.