LG no ha sabido adaptarse a los tiempos que corren en el sector de los teléfonos inteligentes, y lo demuestra el descalabro económico que le supone trimestre tras trimestre a las cuentas de la compañía. LG está metida en cambiar su estrategia de lanzamientos de teléfonos de gama alta, y puede que hasta dentro de unos cuantos meses no llegue el G7, o cómo se termine llamando. Sin embargo, el sector chino no ha conseguido nada positivo en los últimos años, y el último teléfono que puso allí a la venta fue el G5 SE.
Desde entonces solo se ha dedicado a intentar ver qué hacer, y tras un 2017 muy flojo a nivel global en lo relativo a sus ventas de teléfonos, ha empezado a tomar decisiones para reflotar la división de smartphones. El primer paso es la confirmación de que va a dejar de vender allí sus teléfonos, según ha comentado un representante de LG a China Business. Sus últimos teléfonos insignia, el G6 y el V30, no están vendiéndose directamente en el país, además de que el interés en él ha sido bastante inferior al esperado.