Después de presentar un Galaxy A7 con triple cámara trasera, Samsung ha visto su propia apuesta y la ha subido a cuatro cámaras con el Galaxy A9. El diseño externo del móvil es el habitual de todos los que se ponen a la venta hoy en día, en aluminio con bordes ligeramente redondeados y con trasera de cristal, y en ese terreno no hay mucho que decir, ni positivo ni negativo.
La pantalla es de 6.3 pulgadas con una resolución de 1080 × 2220 píxeles, en un tamaño de 162.5 mm × 77 mm × 7.8 mm y un peso de 183 gramos, en parte por incluir una batería de 3800 mAh con carga por USB 2.0 tipo C, manteniendo un conector de audio de 3.5 mm. Tiene 6 GB u 8 GB de RAM, con 128 GB de almacenamiento y lector de tarjetas micro-SD de hasta 512 GB, con opción de 256 y 512 GB de almacenamiento. No ha indicado el modelo de procesador, pero es de cuatro núcleos a 2.2 GHz y otros cuatro a 1.8 GHz.
La cámara trasera es lo más diferenciador con cuatro sensores o subcámaras distintos. La principal es de 24 Mpx con apertura ƒ/1.7; la secundaria es de 10 Mpx para teleobjetivo con apertura ƒ/2.4; la terciaria es de gran angular de 120º de 8 Mpx con apertura ƒ/2.4; y la cuaternaria es de 5 Mpx con apertura ƒ/2.0 para efectos de profundidad. Es de esas cámaras que hay que ver el resultado por uno mismo para saber si sirve de algo.
Su PVPR es de 549 libras, por lo que apunta más bien a la gama media-alta, en un momento en el que la gama alta está más situada en torno a los 700 a 1200 euros.