El gran cambio en los procesadores de Intel para equipos de sobremesa llegará previsiblemente en 2022 cuando la compañía ponga en el mercado los Alder Lake, que probablemente conformen la 12.ª generación Core. Pero los rumores, y algunos supuestos documentos internos de Intel aparecidos en internet, apuntan a que la compañía podría cambiar la arquitectura a algo más parecido a la tecnología big.LITTLE de la ARM. Dicho de otra forma, que habría unos núcleos mayores para potencia en bruto y otros menores que sería para tareas livianas y orientados a reducir el consumo al mínimo.
Ahora ha surgido información sobre posibles configuraciones que estaría planeando Intel para los Alder Lake, divididos en varias series. Los Alder Lake S, para sobremesa, podrían llegar en una configuración de 8 núcleos mayores y 8 menores (8+8) con unidad gráfica integrada GT1 —la de menor potencia—, pero también habría modelos con 6+0 y GT1.
La serie Alder Lake P, probablemente en la que se incluirían los futuros Atom, tendría procesadores 2+6 y 6+8 con unidad gráfica GT2 —la de mayor potencia—. Por último, la serie Alder Lake M, de bajo consumo para portátiles, llegaría con 2+8 núcleos y una GT2.
Tampoco es que esta información diga mucho de un producto en desarrollo, pero al menos está claro que Intel está preparando un cambio más que importante de microarquitectura, probablemente en la línea del salto que ha dado AMD con la Zen respecto a la Bulldozer. Se espera que la potencia mononúcleo se dispare, combinando unas mayores IPC con un proceso litográfico más avanzado.
Haciendo un repaso a rumores previos, la compañía también usaría un nuevo zócalo LGA 1700 que en este caso se rumorea que durará al menos tres generaciones —y debería, porque 1700 contactos son muchos contactos para expandir características de siguientes generaciones—. Los Alder Lake S, que llegarían en 2022, llegarían también con DDR5 y un sistema multichip dividido en un chíplet para los núcleos y otro para la unidad gráfica integrada.
Vía: Videocardz.