La coyuntura sanitaria ha tenido efectos adversos en la demanda de productos de electrónica ya que ha superado ampliamente a la oferta. Se estima que la demanda está en torno a un 30 % por encima de la oferta, aunque también varía el porcentaje por sector ya que hay algunos menos perjudicados. Pero en general, el hecho de que la demanda sea muy alta en tiempos de pandemia hace que la oferta no pueda aumentar de una manera rápida y por eso hay productos con precios bastante más altos de lo normal y otros que han desaparecido del mercado ya que se compran en distribuidor.
El sector más perjudicado ha sido el automovilístico, seguido del sector PC y electrohogar, pero ahora también empieza a afectar bastante más al de los teléfonos inteligentes. Los fabricantes de móviles, tras un 2020 en el que han descendido las ventas, intentan retomar la producción para cubrir un aumento de demanda debido a la eliminación de restricciones. Pero con la situación actual eso es bastante complicado.
Qualcomm es una de esas empresa, y tendría que ver con la producción de chips de todas las gamas. El Snapdragon 888 producido por Samsung está altamente demandado. En este caso, haciendo uso de un proceso puntero de 5 nm, es mucho más difícil escalar rápidamente la producción para cubrir la demanda.
Los procesadores de gamas media y baja de Qualcomm también han experimentado un fuerte aumento de demanda. Aparentemente algunos productos de móviles tendrían que recortar sus previsiones de ventas debido a ello. Desde Xiaomi se ha calificado de la escasez de «extrema» y no una mera escasez como en ocasiones anteriores.
Otros chips de Qualcomm han experimentado un fuerte aumento de demanda, porque al final va todo cogido de la mano. Desde módems hasta otros tipos de chips de comunicaciones o de gestión de energía, todos tienen una demanda «extrema» y por tanto no está claro cuándo se reequilibrará la oferta y demanda. Al final si aumenta la demanda hay que expandir la producción, y para ello se aumenta la demanda de maquinaria, que a su vez aumenta la demanda de materias primas.
Ahora mismo se está pasando por la fase de aumentar la extracción de materias primas para poder crear más maquinaria con la que hacer más chips, pero hasta 2022 probablemente no se termine esta situación. Mientras tanto, los precios de componentes y los productos de electrónica en sí seguirán aumentando al pasar algunos pedidos a subasta entre los clientes. Reuters incluso pone un ejemplo de un microcontrolador de STMicroelectronics que ha pasado de costar 2 dólares a 14 dólares en un nodo litográfico maduro, y eso son chips más orientados a electrodomésticos.
Vía: TechSpot.