Apple ha corregido el rumbo en sus teclados en los últimos tiempos alejándose de los nefastos interruptores de mariposa que usó desde 2016 en sus productos. Ahora ha cambiado finalmente a unos interruptores clásicos de tijera, con el propio diseño de la compañía, pero que conforman teclados mucho mejores. Eso ha llevado a una renovación del Magic Keyboard con ellos. Incluye algún cambio estético menor, pero sigue siendo el referente en teclados Bluetooth para usar con macOS.
Videoanálisis
Desembalado y características
El Magic Keyboard es un buen teclado inalámbrico Bluetooth que llega en una típica caja blanca retractilada de Apple. En su interior está el teclado en un protector de plástico junto con un manual de uso y un cable USB tipo C a Lightning, siendo este último el conector utilizado por el teclado para la recarga y uso de manera cableada. Que a estas alturas no incluya un conector USB tipo C parece algo del pasado, aunque Apple esté cambiando poco a poco sus productos a este conector que ya lleva cinco años en el mercado.
El teclado está hecho de aluminio en color gris claro, con muy buena calidad de fabricación. Tiene un tamaño de 278.9 mm × 114.9 mm × 10.9 mm, siendo especialmente compacto. Incluye los cursores y una hilera de teclas de función, además de la tecla de Fn para combinaciones adicionales. Al ser un teclado de muy poca altura queda muy a ras de la mesa y por tanto resulta muy cómodo teclear en él.
Magic Keyboard de Apple | |
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Dimensiones | 278.9 mm × 114.9 mm × 10.9 mm |
Peso | 239 g |
Conexión | Bluetooth, cable Ligthning |
Cable | 1.8 m |
Interruptores | tijera de Apple |
Disposición de teclado | Española |
Detección individual de teclas | Sí |
Extras | ninguno |
PVPR | 109 € |
Las teclas están hechas en plástico con acabado en mate, siempre muy agradables al tacto. Tienen una serigrafía en color gris claro, y tras darle unos meses de uso lo que puedo decir es que se borran rápidamente. En este caso, sobre todo las teclas a y s están bastante borradas en el teclado que uso, que no es este sino el que incluye un botón con lector de huellas que solo funciona con los Mac con chips M1.
En los teclados anteriores de Apple me tardaron más de un año en desaparecer, aunque en gran parte puede ser porque ahora me paso todo el día en casa debido a la coyuntura sanitaria. Es efecto sobre todo de la grasa de los dedos, aunque espero que la compañía preste más atención a esta calidad de la serigrafía en las revisiones que vaya haciendo del teclado.
El Magic Keyboard pesa muy poco, tan solo 239 g, pero no por ello se fija peor a la mesa. La parte inferior tiene cuatro pequeñas almohadillas a forma de patas que son antideslizantes y hacen un buen trabajo en este terreno. No se moverá fácilmente. La parte inferior tiene también un acabado en blanco mate que le da en conjunto un aspecto excelente al teclado.
Sobre la configuración del teclado, no tiene gran cosa que configurar. En macOS se puede cambiar el orden de las teclas de función especiales, la espera hasta la repetición de teclas, y otras características normales que también se pueden configurar en Windows. Hay la posibilidad de configurar el comportamiento de pulsar dos veces la tecla Fn, que también dobla función para mostrar los emojis y símbolos, o cambiar el comportamiento de las teclas de función. Nada realmente especial.
Un teclado mucho mejor, pero igual de caro que antes
La historia de los teclados de Apple ha tenido sus altibajos. Apple solía incluir en sus productos unos teclados realmente buenos a la hora de teclear en ellos, muy agradables y exentos de problemas, hasta que en 2016 lanzó un MacBook Pro con un teclado con nuevos interruptores de tipo mariposa. El resumen de ese teclado es que era nefasto, y se trasladó también al Magic Keyboard. El resultado es que era nefasto, e incluso cuando me pasaba muchos días con ese portátil lejos de casa tuve que llevar el teclado inalámbrico a pilas de Apple junto a él.
El problema de los interruptores de mariposa es que reducía el recorrido del interruptor al mínimo, con poca retención del golpe, y por tanto parecía que se estaba aporreando un tablero con los dedos. Tras solo un rato me terminaban doliendo bastante los dedos. Nunca llegué a usar mucho ese MacBook Pro fuera de casa, y de hecho si me pasaba varios días fuera de casa me llevaba uno de los teclados inalámbricos de Apple a pilas, el cual sigo considerando que es muy bueno para escribir.
Además los interruptores mariposa tenían el inconveniente de que si se metía suciedad debajo de la tecla, los interruptores dejaban de funcionar correctamente. Tras varias demandas y muchos problemas, en 2019 lanzó el MacBook Pro 16 con interruptores tijera, una versión mucho mejor para teclear y que hacía que los teclados de Apple volvieran a servir para su función primaria de escribir. Increíble pero cierto. Ahora en 2021 ha lanzado una versión revisada de esos interruptores de tijera, usado en este teclado, primeramente incluido junto al iMac 24 con procesador M1 y luego vendido suelto durante el tercer trimestre, que es excelente para teclear.
Por lo demás, el teclado es muy bueno. Pequeño, buen tecleo, excelente para usar con macOS que es su razón de ser. La mayor pega que tiene es el precio, sus 109 euros, que parecen totalmente injustificados para lo que es el teclado. El modelo con lector de huellas suma otros 50 euros al coste hasta los 159 euros. Además está en versión de teclado extendido —con teclado numérico— por 135 euros, y el modelo con lector de huellas por 185 euros. Precios absurdos.
También quizás tenga la pega de que por ese precio no incluye retroiluminación. Este teclado se incluye tal cual en los MacBook Pro 14 y 16 con procesadores M1, pero sí tiene retroiluminación así que no entiendo tampoco muy bien la decisión de dejarlo fuera. Eso sí, la autonomía de este teclado es excelente, durando más de dos semanas de mucho uso con una sola carga. Se puede usar con cable, lo que a la postre también permite el emparejamiento automático por Bluetooth en los Mac.
Puntuación
8.0
sobre 10