Intel ha tenido un año movido en el terreno de sus tarjetas gráficas dedicadas después de largos retrasos. Se esperaban inicialmente para mediados del año pasado, y estamos a mediados de 2022 y solo ha llegado un modelo para PC de sobremesa y un par más para portátiles. Durante la presentación de resultados de la compañía ha indicado que tiene muchas GPU producidas pero que han pasado a ser pérdidas en las cuentas al no estar todavía los controladores gráficos a la altura de lo esperado.
Por eso la compañía no cree que vaya a alcanzar la marca de cuatro millones de GPU vendidas durante este año. Entrando en el motivo, lo relaciona con que inicialmente intentaron usar los mismos controladores gráficos que los de las iGPU de sus procesadores, pero fue un completo error ya que no daban el rendimiento esperado. Por eso han tenido que reescribir desde cero los controladores, con el consecuente retraso y problemas de puesta a punto que están teniendo.
Para centrarse en los nuevos controladores la compañía ha pasado a heredadas todas las iGPU de los procesadores Core de 10.ª generación y anteriores, con lo cual ganarán horas efectivas de trabajo en los nuevos controladores. Aun así, Pat Gelsinger ha indicado que si bien no venderán las cuatro millones de GPU esperadas, sí que cree que superarán unos ingresos de 1000 millones de dólares con ellas. Espera que los chips para las Arc A5 y A7 empiecen a salir de sus almacenes en este trimestre.
Vía: Tom's Hardware.