Los ratones inalámbricos están entre los modelos más buscados del mercado. Por ello no es extraño que todas las compañías expandan su catálogo con diversas opciones, muchas de las cuales integran tanto Bluetooth como un adaptador USB inalámbrico. El Burst Pro Air de ROCCAT es uno de esos modelos, siendo una versión del excelente Burst Pro que analicé hace tiempo pero sin añadirle un excesivo peso adicional por lo que sigue siendo algo más ligero que la mayoría de modelos.
Videoanálisis
Desembalado
El Burst Pro Air llega en la habitual caja negra que usa ROCCAT para sus productos, destacando un par de características clave en su portada: los interruptores ópticos y la doble conectividad inalámbrica. En un lateral aparece en grande su peso de solo 81 g, que para ser inalámbrico no está nada mal. En la parte trasera se destacan estos tres detalles del ratón.
Llega embutido en una bandeja de plástico que con la que está cayendo es totalmente sustituible por una bandeja de cartón reciclado. Lo primero que se saca es el manual de instrucciones en una bolsa de plástico también omisible. Junto al ratón está el cable y el adaptador USB inalámbrico.
El ratón se nota bastante ligero para ser Bluetooth. Tiene el mismo diseño que el Burst Pro, por lo que me resulta bueno. Es un diseño simétrico que solo tiene botones en el lateral izquierdo, lo cual hace que tenga poco sentido destacarlo. Si tuviera botones a ambos lados podría ser utilizado por diestros y zurdos, pero si es solo para diestros da igual que sea un diseño simétrico o no.
La iluminación RGB es en cuatro zonas: botón izquierdo, botón derecho, ruedecilla y reposapalma. Al activarla se puede ver que para aligera peso la carcasa del ratón ha sido vaciada por el interior en un patrón hexagonal que también le da un ligero aspecto difuminado que le sienta bastante bien.
En los laterales tiene otro patrón hexagonal pero resaltado para favorecer el agarre que además queda visualmente bien. El ratón está hecho para agarres con yemas o garra. Ese diseño simétrico favorece poco o nada a un agarre con la palma, salvo quizás que se tenga una mano pequeña. En mi caso, soy alto y me queda un poco bajo y la muñeca queda un poco rara para el agarre con palma que es como cojo los ratones, o al menos es la forma con la que me noto más cómodo cogiéndolos.
En la parte inferior se pueden ver dos grandes almohadillas hechas íntegramente de teflón, las cuales le confieren un deslizamiento muy suave. A diferencia del Burst Pro no se incluyen unas almohadillas de recambio. También se puede ver el hueco en el que guardar el adaptador, el botón para emparejar el ratón con un nuevo dispositivo Bluetooth y un interruptor para cambiar entre modos de conexión: cableado/apagado, Bluetooth o adaptador. Esto permite que se pueda usar con dos equipos de manera inalámbrica con un simple cambio de interruptor, que a mí me viene perfecto para cambiar entre el PC y el Mac.
En la parte superior hay solo un botón adicional que por defecto sirve para cambiar la sensibilidad del ratón. Los clics de los botones principales son muy suaves y agradables siendo óptico pero como si fueran mecánicos, mientras que los botones laterales son algo más duros y tienen un sonido algo más grave, pero dan sensación de buena calidad.
En la parte frontal hay un puerto USB tipo C con espacio para que entre prácticamente cualquier cable de este tipo siempre que se atenga a la forma estándar de cabezal. El cable incluido con el ratón es de tipo Phantom Flex, tiene 1.8 m de longitud con un USB tipo A en un extremo y un USB tipo C en el otro. Está forrado de tela trenzada dando muy buena sensación al tacto.
Características
Este ratón inalámbrico Burst Pro Air tiene un tamaño bastante estándar de 120 mm × 58 mm × 38 mm, con el mencionado peso de 81 g. Me resulta ligero y agradable de usar, aunque su forma no favorezca que se agarre con la palma. La estrella de estos ratones es que sustituyen los habituales interruptores mecánicos de OMRON en los botones principales por unos interruptores ópticos de la propia ROCCAT.
Son muy agradables de usar y tienen la ventaja de que al usarlos se puede detectar perfectamente todos los clics sin el habitual tiempo de rebote, una salvaguarda que evita que el rebote de los interruptores mecánicos se pueda detectar como clics del usuario. Al no haber un rebote en el clic debido al habitual muelle ya que los ópticos funcionan por corte de una barrera de infrarrojos se puede detectar cualquier número de clics y por tanto son más precisos. El tiempo de rebote solo es un problema en juegos en los que se clique muy rápido, lo cual es habitual en los juegos de estrategia en tiempo real, por ejemplo.
Burst Pro Air de ROCCAT | |
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Dimensiones | 120 mm × 58 mm × 38 mm |
Peso | 81 g |
Conexión | inalámbrico (adaptador USB, Bluetooth 5.2), cable |
Sensor | Owl-Eye de ROCCAT |
Sensibilidad | 19 000 |
Velocidad | 400 PPS |
Aceleración | 50 G |
Muestreo | 1000 |
Botones adicionales | dos en lateral izquierdo, uno en la parte superior |
Interruptores botones principales | ópticos Titan de ROCCAT |
Autonomía | 100 h |
Memoria interna | cinco perfiles |
Extras | toma USB tipo C, iluminación RGB en cuatro zonas (reposapalma, ruedecilla y botones principales), compatible con Reflex de NVIDIA |
Cable | Phantom Flex, 1.8 m forrado de tela trenzada, retirable |
Mano | Para diestros |
PVPR | 100 euros |
PVP | 96.96 euros(septiembre 2022) |
Hay una conectividad Bluetooth 5.2, que será además la que dé las cien horas de uso prometidas por la compañía. Los adaptadores USB suelen proporcionar bastante menos autonomía. He podido usar el ratón nueve días antes de que se acabara la batería, y eso son entre ocho y doce horas al día por Bluetooth, cambiando algunas veces al adaptador USB. Los fines de semana estoy menos delante de los equipos, y suelo jugar más en el PC donde he puesto el adaptador. Por ello es complicado saber exactamente cuántas horas ha durado la batería.
A pesar de no tener una cifra concreta, bajo las condiciones indicadas el hecho de que dure nueve días me parece una autonomía bastante buena. La recarga lleva en torno a las dos horas, aunque su uso con cable evita que realmente eso pueda ser un problema.
En cuanto a la fiabilidad de la conexión inalámbrica, es total. No he sufrido ningún corte extraño como me ocurría con ciertos ratones inalámbricos hasta hace dos o tres años, demostrando que es un aspecto que también ha mejorado en los ratones y que es por lo que ahora se empiezan a buscar más. Hay todavía mucha gente con el runrún de que son menos fiables, pero si es moderno no habrá problema en que sea inalámbrico.
El sensor del ratón tiene el nombre de Owl-Eye, aunque está basado en el PAW3370 de PixArt. Tiene una sensibilidad de 19 000 PPP y una velocidad de 400 PPS con una aceleración de 50 G. Es muy fiable y preciso, mejor que el del Burst Pro, y en general es mucho más de lo que realmente necesita el jugón medio. De hecho en muchos juegos de tiros muchos prefieren modelos de baja sensibilidad para afinar la puntería con rifles de francotirador. Para el común de los mortales, ir más allá de los 1000-1200 PPP suele se innecesario para el día a día y jugar salvo que se tengan varios monitores en los que aumentar la sensibilidad hará que se mueva más rápido el ratón entre pantallas. Sea como sea, es un sensor excelente.
Este modelo cuenta con memoria integrada en la que poder guardar cinco perfiles. Ya que en este análisis estoy dando más opinión sobre experiencias personales, suelo comprar solo ratones con memoria interna. Los programas de configuración al final son algo que les da por hacer cosas en segundo plano y resulta molesto. Con el de ROCCAT no he notado problemas, pero otros de Logitech, Razer o Corsair pueden ser bastante molestos. Suelo guardar los perfiles en la memoria interna y desinstalo el programa para ahorrarme problemas.
Por último, el ratón es compatible con el sistema Reflex de NVIDIA. Es una forma de reducir la latencia del sistema cuando está conectado por cable o con el adaptador siempre que se tenga una tarjeta gráfica serie 900 en adelante de NVIDIA, unos controladores actualizados donde se debe activar primeramente, también lo esté el firmware del ratón y el adaptador, y se utilice un juego compatible con Reflex —aparecerá como una opción en los ajustes—.
Este sistema puede hacer que la latencia de entrada se llegue a reducir a la mitad, variando enormemente su efecto entre las tarjetas gráficas. Las más actuales reducen más la latencia que las más antiguas. También varía bastante entre juegos, pero siempre la reduce bastante, por lo que son ratones idóneos para juegos competitivos tipo Overwatch o Valorant, entre otros que son compatibles. Como no dispongo de un monitor con el analizador de latencia de Reflex no he podido hacer pruebas aunque sí se activa correctamente.
Programa de configuración
Todos los periféricos de ROCCAT se configuran a través del programa Swarm. Me resulta un programa de buena interfaz aunque no especialmente moderna, con múltiples opciones de configuración. La única pega que le encuentro al usarlo son algunas traducciones que habría que pulir, sobre todo los términos que han dejado de traducir, incluso frases enteras, pero en el apartado técnico no está mal.
Tanto el ratón como el adaptador habrá que actualizarlos nada más comprarlos, o al menos así ha sido en el modelo que he recibido para el análisis. Hay que ponerlos los dos en el equipo, conectando el ratón mediante el cable, y es un proceso que lleva sobre los diez minutos. No lo hagáis si no tenéis tiempo para ello. Quizás esa lentitud en la actualización pueda ser una pega, pero como solo hay que hacerla de Pascuas a Ramos tampoco lo veo algo negativo.
En los ajustes se puede modificar todo lo relevante que se puede esperar, desde los cinco niveles de sensibilidad que se rotará con el botón de la parte superior del ratón hasta la iluminación. Esta última es en cuatro zonas —botón derecho, izquierda, reposapalma y ruedecilla— por lo que va a ser más bien básica, que no se ajusta a lo que se pueda esperar de un ratón de cien euros. Podrían habérsela currado un poco más, pero en un ratón inalámbrico tampoco es conveniente complicarla más por el consumo que supone.
Se pueden reasignar todos los botones según los gustos de cada uno, y asignar una tecla del teclado para combinarla con los botones del ratón y acceder a acciones alternativas. Resultará muy cómodo para paliar la carencia de botones adicionales en el ratón. Funciona por lo general bien, y en mi caso lo suelo usar para asignar el control de volumen a los botones laterales, por mera comodidad. Hay también opciones para ajustar la distancia de separación y para calibrar el sensor para la superficie que se use, entre otras, por lo que me resulta un programa bastante completo.
Inalámbrico ligero y de desplazamiento perfecto
Del Burst Pro Air no tengo mucho más que decir de lo que ya dije cuando analicé su hermano Burst Pro sin conectividad inalámbrica. Me gusta su diseño e iluminación, y que se reduzca su peso vaciando la parte interior de la superficie en un patrón hexagonal me parece un acierto. No me gustan demasiado los que vacían la carcasa, dejando una superficie irregular y proclive a que se quede suciedad dentro del ratón. La iluminación con efecto borroso le queda bien y lo convierte en bastante llamativo. Es uno de los pocos ratones compatible con Reflex de NVIDIA, por lo que siempre es un plus.
No es el tipo de ratón que usaría para mí ya que tengo un agarre con la palma ya este ratón no lo favorece sino los de tipo garra y yemas. Le ocurre a todos los que son simétricos, porque si los intentas coger con la palma la muñeca, si es que son suficientemente altos o se tiene una mano pequeña, te queda algo más forzada. Los que son para agarre con palma suelen ser más altos por el lado izquierdo que por el derecho, lo cual permite una posición algo más natural para la muñeca.
Aunque no esté hecho para mí, sí puedo reconocer sus virtudes cambiando mi agarre para probarlo. Se desliza perfectamente y es muy fiable incluso usándolo por Bluetooth, con un programa de configuración que realmente está a la altura de una empresa multinacional. Tendrían que darle un repaso a la traducción —por llamarle algo—, pero es la única queja que tengo. En este diseño me habría gustado algún botón adicional, por ejemplo en el lateral derecho o que tuviera un par en la parte superior, pero eso sería meterse en otro tipo de ratón.
Entrando en el tema del precio, quizás sea difícil de valorar. El Burst Pro cableado tiene un PVPR de 60 euros pero se puede encontrar sobre los 45 euros. Teniendo en cuenta la coyuntura económica, con la inflación desbocada y otros problemas relacionados, el PVPR de 100 euros del Burst Por Air resulta alto pero no está mal teniendo en cuenta las características. Esos 40 euros de diferencia del PVPR por incluir Bluetooth y Reflex pueden ser aceptables para los que busquen un modelo inalámbrico porque tampoco van a encontrar opciones mucho más baratas con ambas. Este ratón es de prever que bajará de precio cuando lleve un tiempo en el mercado como suele ocurrir con este tipo de productos, por lo que el PVP es bastante más importante.
Puntuación
9.0
sobre 10