AMD ha sido rápida a la hora de anunciar y poner a la venta los tres nuevos procesadores de sobremesa Ryzen 7000. Se trata de los modelos Ryzen 5 7600, Ryzen 7 7700 y Ryzen 9 7900, los cuales son como sus contrapartidas con una equis al final pero más baratos. Como se ha podido ver en los primeros análisis, jugando es por ejemplo un Ryzen 5 7600 aprovecha igual una tarjeta gráfica potente como un Ryzen 5 7600X, y en potencia multinúcleo apenas pierden un 5 % de rendimiento.
Los procesadores son de 65 W de potencia de diseño térmico, por lo que funcionan a menores temperaturas. El único problema, que no debería de extrañar, es que tienen poco margen de subida de frecuencia. Los tres modelos tienen una refrigeración de serie por lo que su precio resulta aún más interesante cuando se tiene un presupuesto ajustado o no se necesita la refrigeración más silenciosa del mundo, por ejemplo en un entorno laboral. Te ahorra treinta o cuarenta euros de una refrigeración de un tercero.
El Ryzen 5 7600 (con Wraith Stealth) desembarca por 230 dólares o 270 euros, el Ryzen 7 7700 (Wraith Prism) cuesta 330 dólares o 390 euros, y el Ryzen 9 7900 (Wraith Prism) tiene un coste de 430 dólares o 500 euros. Es un precio menor el de todo ellos frente a sus versiones con equis al final que no aportan nada. Teniendo en cuenta que la DDR5 ya ha experimentado fuerte bajadas pudiéndose encontrar 16 GB a 5600 o 6000 MHz por unos 80-90 euros, y las placas base también están bajando, ese Ryzen 5 7600 es especialmente interesante para los jugones, si aprovechan la refrigeración de serie.