El Mac Mini es uno de los mini-PC más interesantes del mercado. Si bien el procesador M1 es bastante potente para un uso generalista, incluso para jugar a FHD a una calidad decente en los juegos que usan Metal —el DirectX de Apple—, se quedaba un poco corto para un uso más profesional. Con la renovación del equipo con los procesadores M2 y M2 Pro eso cambia y le da un empujón tremendo de potencia. En las primeras pruebas de Geekbench el M2 Pro triplica el rendimiento multinúcleo del M1.
Eso son 5181 puntos en multihilo con el M1 y los 15 013 puntos con el M2 Pro. El M2 se queda en los 9003 puntos, que aun así es prácticamente duplicar el rendimiento. En la potencia mononúcleo el mac-Mini con el M2 y el M2 Pro quedan en unos 1950 puntos frente a unos 1650 puntos del M1, un 18 % más que vendrá bien en ciertas tareas. Básicamente el M2 Pro duplica los núcleos de rendimiento de cuatro a ocho manteniendo los cuatro de eficiencia, aumentando además ligeramente sus frecuencias de funcionamiento. El M2 tiene una configuración similar de cuatro núcleos de rendimiento y cuatro de eficiencia, pero a más frecuencia.
Eso sí, el precio del Mac Mini con el M2 Pro es absurdo. Un Mac Studio con 32 GB de RAM, 512 GB de almacenamiento y el M1 Max de 10+32 núcleos (CPU+GPU) cuesta 2559 euros. El Mac Mini con el M2 Pro de 12+19 núcleos, 32 GB de RAM y 512 GB de SSD cuesta 2374 euros. Puede que el M2 Pro tenga una CPU algo más potente, pero la GPU del M1 Max es muchísimo más potente. Si te sales del modelo básico del Mac Mini con el M2 —de 8+10 núcleos y 8+256 GB, 719 euros, o 16+512 GB por 1179 euros—, el precio pasa por varios estadios de absurdez.