Joe Biden se las prometía felices con las restricciones a las exportaciones hacia China de maquinaria litográfica pensando que en el país asiático son tontos. Pero la venganza se sirve fría, y cuando EUA no se esperaba que China respondiera, los de Xi Jinping han empezado a restringir la venta de dos elementos químicos a empresas extranjeras. De momento la restricción afecta al galio y al germanio, dos metaloides vitales en el proceso de producción de chips pero que también se usan en diversos dispositivos electrónicos.
La restricción se aplicará a partir de 1 de agosto, por lo que las compañías tienen cierto margen para hacer acopio de materiales (si pueden) para unos meses de producción antes de que entre en vigor. A partir de esa fecha las compañías extranjeras que quieran comprar estos materiales tendrán que solicitar una licencia especial de exportación, y ya verá el Gobierno chino si las acepta. Lo más probable es que deniegue las exportaciones a empresas estadounidenses, taiwanesas, japonesas y neerlandesas por las restricciones a empresas chinas a la compra de maquinaria litográfica que tienen activas estos países.
China tiene al menos entre el 70 % y el 80 % de la producción mundial del galio y germanio por el impacto medioambiental que puede tener su extracción y en menor medida su procesamiento, aunque esto último no sea mucho más contaminante que el procesamiento de muchos elementos químicos, solo algo más. Algunos medios aseguran que de galio puede alcanzar incluso el 90 % de la producción mundial.
El galio y el germanio no se usan tanto en chips lógicos (CPU, GPU, FPGA, etc.) como en chips de comunicaciones, gestión de energía, producción de ledes, y otros muchos tipos de semiconductores y productos en general. Pero claro, puedes producir todas las CPU que quieras, que si no hay suficientes chips de radiofrecuencia o de gestión de energía para fabricar los móviles, tabletas y demás, te va a dar igual. Es un torpedo chino a la línea de flotación mundial de producción de semiconductores y electrónica en general.
El precio de estos elementos químicos puede dispararse, pero también aumentará el precio de los productos que los usen. Un aumento del precio internacional del galio y germanio podría provocar un aumento de la producción en países que no lo hacen porque no es económicamente rentable, pero es difícil que eso ocurra en Occidente donde las leyes medioambientales son más estrictas con ciertos tipos de minería. Y en todo caso, la producción de galio y germanio no va a aumentar de la noche a la mañana como para cubrir el 70-80 % que produce China. Puesto que las empresas tecnológicas suelen tener en almacén materiales para uno o dos meses de producción, a partir de octubre podría notarse el impacto real de esta restricción.
Vía: Tom's Hardware.