EUA está enfrascada en aumentar sustancialmente su producción nacional de chips y para ello cuenta con la Ley CHIPS. Pero en el desarrollo de la ley ha querido ahondar en su guerra fría tecnológica con China: las empresas que accedan a los fondos no pueden expandir su producción en el gigante asiático. A lo cual TSMC respondió con una peineta, lo cual ha hecho que Biden y sus secuaces se hayan tenido que replantear ese veto.
Alan Estévez, subsecretario del ministerio de Comercio estadounidense, ha indicado que van a conceder exenciones a la norma. Con ello, empresas como Samsung, TSMC o SK Hynix, las más importantes y que EUA quiere que abran nuevas fábricas en el territorio nacional, podrán expandir sus fábricas en China sin incurrir en penalizaciones. Al menos por ahora.
La medida es temporal pero Estévez no quiso ahondar en los detalles de las exenciones al hablar con los miembros de la Asociación de la Industria de los Semiconductores estadounidense. El desarrollo de la Ley CHIPS llegó tras empezar la construcción de nuevas fábricas en EUA, por lo que era obvio que la presión de Samsung, TSMC y SK Hynix, entre otras, iba a surtir efecto.
El veto de la Ley CHIPS a expandir la producción se aplica a maquinaria para producir chips lógicos a 16 nm o más, o chips de NAND 3D de más de 128 capas. Son procesos que actualmente están en uso en China pero que para mantener la competitividad de estas empresas tendrán que mejorar dentro de poco. El veto impuesto al solicitar los fondos de la Ley CHIPS impone un periodo de diez años en los que no se pueden crear nuevas fábricas ni expandir las actuales que se tengan en China, por lo que finalmente convertirían esas fábricas en totalmente obsoletas. Pero debido a esta exención, las compañías podrán meter en China nueva maquinaria avanzada, que tampoco le vendrá mal a la propia China.
Vía: Tom's Hardware.