Análisis: Corsair Scimitar Elite Wireless review en español

Uno de los nichos de mercado de los ratones en los que hay poca variedad de modelos, al menos de las principales marcas, es el de los ratones con una botonera lateral. Suelen estar orientados a MMORPG, aunque pueden tener utilidad incluso en el día a día. No gustan a todo el mundo por su ergonomía, pero siempre hay modelos y modelos. El Scimitar de Corsair es de lo mejor en este nicho, y a un modelo de primera como el Scimitar Elite Wireless del que voy a hablar en este artículo no le falta de nada.

Videoanálisis

Desembalado

El Scimitar Elite Wireless de Corsair llega en la habitual caja negra y amarilla en la que la compañía destaca su orientación para juegos tipo MMO, los 16 botones configurables, la botonera desplazable, o su conexión inalámbrica de baja latencia. Por detrás abunda en sus características, aunque con una letra pequeña que es difícil de leer.

Al abrir la caja se verá el ratón en un cartón con una protección de plástico, lo cual se podría haber omitido. Hay también una bolsa con el cable de dos metros USB tipo A a USB tipo C, forrado de tela trenzada y de muy buena calidad. También incluye un pequeño destornillador que se usará para soltar y fijar la botonera lateral.

El diseño del Scimitar Elite Wireless está un poco refinado frente a modelos anteriores, aunque ofrece una ergonomía similar. El ratón tiene una ligera caída hacia la derecha, lo cual favorece cogerlo con la palma, y tiene el habitual escalón para separar los dedos anular y meñique que me resulta imprescindible para este tipo de agarres. En esa zona hay goma con un relieve especial para mejorar el agarre, aunque suelen ser zonas en las que se acumula la suciedad por el uso. La ergonomía la veo bastante buena en lo que se refiere a desplazamiento del Scimitar.

En la parte superior hay un botón que por defecto cambia la sensibilidad del sensor y la rueda de desplazamiento. Echo en falta de entrada que esa ruedecilla tuviera clics laterales, porque es algo que busco en los ratones. La superficie es lisa con un acabado en mate que da muy buena sensación al tacto y tiene una sólida calidad de fabricación. Es un terreno bien cubierto por Corsair.

La botonera del lado izquierdo se puede desplazar para adaptarla al tamaño de la mano que se tenga, aunque no veo que sea un ratón adecuado para manos pequeñas. Los botones son más grandes y ocupan más que los que se encuentran por ejemplo en el Naga Pro de Razer que uso a diario, pero su disposición es ligeramente mejor para el pulgar, aunque los botones de la cuarta columna resultan más difíciles de pulsar, así como el botón 1. Al menos para mi tamaño de mano, que es acorde a alguien que mide metro noventa.

En la parte inferior se puede ver el tornillo para soltar y fijar la botonera con el destornillador proporcionado o uno similar hexagonal, por ejemplo el Torx T10H. No hace falta apretar al máximo que la botonera se quede bien fija; de hecho recomiendo no forzar el mecanismo y solo apretarlo ligeramente.

En esta zona hay una tapa que da acceso al receptor USB que funciona en la banda de los 2.4 GHz, un botón para cambiar entre los cinco perfiles de uso que puede almacenar, y el interruptor para cambiar el tipo de conexión (receptor USB, Bluetooth, y apagado o uso por cable). Las almohadillas de teflón puro son amplias y el ratón desliza perfectamente bien, mejor que el Naga Pro que uso aunque este ya tenga unos años y tenga sus almohadillas bastante gastadas.

Características

El Scimitar Elite Wireless no es un ratón ligero, con 114 g de peso, pero eso se alinea con mis gustos para usarlo durante el día a día. En juegos me suele gustar algún modelo más ligero, pero si se quiere la botonera es lo que hay. Su tamaño es más ben grande, con 119.23 mm × 73.48 mm × 42.17 mm, por lo que con manos grandes se agarra bien con la palma o con garra. No es tanto un ratón para manos pequeñas, pero sí puede servir bien a manos medianas.

El sensor incluido es un Markman de Corsair, el cual tiene una sensibilidad de 25 000 PPP, con la posibilidad de cambiarlo en incrementos de un píxel por pulgada para adaptarlo a la perfección al gusto del usuario. Tiene una velocidad de 650 pulgadas por segundo, y una aceleración de 50 G. Se puede configurar cosas como la separación o la inclinación respecto a la superficie para ese toque extra de personalización. Es un sensor que ofrece una gran precisión, y en general va a ser mucho mejor de lo que necesita de sensor el jugón medio. Pero siendo un ratón caro, es adecuado.

La tecnología inalámbrica es la Slipstream de Corsair, que se basa en Bluetooth 4.2 de baja energía. Aunque en Windows me funciona perfectamente, en macOS he tenido algún problema de tirón esporádico, algo que no ocurre con el receptor USB. Ese receptor USB se puede configurar a un muestreo de 2000 Hz, aunque siempre se avisa que puede introducir más procesamiento por parte de la CPU. En equipos poco potentes se notará, pero en los normales o potentes no debería ser un problema.

La compañía habla de hasta 120 horas de uso sin luz por el receptor USB, y de hasta 150 h sin luz con Bluetooth. En la práctica no hay mucho motivo para tener la iluminación encendida, sobre todo siendo un modelo inalámbrico. He podido usarlo durante una semana, para jugar y trabajar, y le queda en torno a la mitad de la batería.

Los interruptores de los dos botones principales son ópticos, por lo que dan una respuesta inmediata a las pulsaciones, y detectará cualquier cantidad de pulsaciones que se hagan al eliminar el tiempo de rebote de los interruptores mecánicos usados habitualmente en ellos. Dan muy buena sensación de clic, con un sonido agradable con un volumen normal, por lo que no resultará molesto al usuario ni los que tenga alrededor.

Programa de configuración

El programa de configuración del Scimitar Elite Wireless es el habitual iCUE de Corsair, disponible para macOS y Windows. Lo he usado en el primero sin ningún problema. La compañía diferencia entre la configuración del ratón cuando está el programa corriendo, y la configuración que se guarda en la memoria interna del ratón. Es una extraña distinción a la que hay que acostumbrarse.

La configuración de la botonera puede llevar un rato, porque el sistema elegido por Corsair es un poco más lento que otros, aunque con una gran variedad de opciones. Incluso se puede asignar acciones de retransmisión del Stream Deck de Elgato, la filial de Corsair, y eso abre doce acciones directamente en el ratón, más las del Stream Deck.

Los efectos de iluminación son escasos porque es básicamente iluminación RGB en dos zonas, pero se pueden sincronizar con el resto de productos de Corsair, incluso creando murales que permiten reubicar los dispositivos según dónde estén en el escritorio para crear efectos avanzados entre ellos. Hay opciones para personalizar la sensibilidad del ratón en cinco fases, más uno de precisión (francotirador) que lo baja a 200 PPP.

No falta una entrada para la calibración del sensor a la superficie sobre la que se use el ratón. Es rápido y sencillo de configurar, aunque el que mejore o no el desplazamiento es algo que dependerá mucho de la propia superficie. Por último, hay una ventana de opciones en la que se puede cambiar el muestreo del sensor a 2000 Hz cuando se use con el receptor USB, se puede comprobar si hay actualizaciones de firmware, gestionar los perfiles en memoria, la elevación, o incluso el ángulo de uso. Es un programa muy completo, aunque no sea siempre intuitivo de usar.

Mejoras justas para hacerlo más interesante

Las comparaciones son odiosas, pero en este caso son casi imprescindibles. El referente de este tipo de ratones es el Naga de Razer, y uso a diario el Naga Pro. He usado diversos modelos de esta serie desde hace unos diez años. La ergonomía del Scmitar Elite Wireless es prácticamente igual, aunque lo que varía realmente es la sensación de uso de la botonera. A la hora de dejar descansando el pulgar es mejor el modelo de Corsair, pero por posicionamiento para uso es mejor el de Razer, o al menos para mi mano.

La botonera es más grande, lo cual lleva a tener que mover más el pulgar, y eso hace que se pierda un buen agarre del ratón en algunos momentos. En los botones 10, 11 y 12, la cuarta columna, no pondría nada que fuera vital pulsar rápidamente; sería mejor asignarles acciones secundarias, subir y bajar el volumen y cosas similares que no afectan al juego. La posición del botón 1 queda muy pegado a la mesa y me resulta más difícil de pulsar, a lo cual me ha costado acostumbrarme para pulsarlo con la punta del pulgar o incluso la parte de la uña.

Para mejorar el uso de la botonera he tenido que desplazarla, por lo que esa características concreta de este modelo viene a suplir el mayor espacio que ocupan las teclas. Dejando este lado de la ergonomía a un lado, el resto es perfecto. Tengo un agarre de palma, por lo que esa ligera caída que tiene el ratón hacia la derecha junto con el escalón que tiene para reposar el anular y separarlo del meñique me parece perfecto. Es algo que busco en los ratones, porque me incomoda tener esos dos dedos pegados, que es a lo que fuerzan muchos diseños de ratones, sobre todo los pensados para usar con garra o yemas. Son manías personales. También busco que la ruedecilla tenga clics laterales, y es el gran ausente en este modelo.

La conectividad inalámbrica funciona perfectamente, cuenta con un buen deslizamiento y precisión. Que se pueda usar a 2000 Hz con el receptor USB es un buen añadido, para darle un pequeño extra de precisión al ratón, el cual ya de por sí se nota especialmente fluido. He tenido algún problema para usarlo por Bluetooth en macOS, pero en el PC con Windows funciona sin problemas. La configuración del ratón en macOS y Windows se puede realizar con iCUE, que es lo que hoy en día me llevaría a decantarme por el Scimitar Elite Wireless. No hay muchas compañías de periféricos para jugones que presten atención a macOS, y es un mercado en auge.

Como he dicho al principio, es un producto de nicho porque suele ser un tipo de ratón del agrado de unos pocos. Sobre todo por tener que dejar el pulgar siempre sobre la botonera; hay que dedicar tiempo a aprovecharla o la inversión no servirá de nada. Es un modelo caro de 150 euros, aunque más barato que el Naga v2 Pro de 200 euros. La inflación ha forzado al alza a todos estos productos. Pero de este Scimitar Elite Wireless no se puede decir que no sea un buen ratón. Tiene una buena autonomía, su calidad de fabricación es estupenda, y su precisión es total.

Puntuación