La guerra comercial y tecnológica que ha llevado a cabo EUA contra China empezó a tener una respuesta el año pasado por parte del gigante asiático. Las primeras medidas importantes fue la restricción en la exportación del galio y germanio así como prácticamente la nacionalización de su producción y distribución tanto interna como externa. Un año después ya se puede valorar la medida como muy negativa porque ha hecho que su precio se duplique.
Más concretamente, el germanio costaba 1200 dólares por kilo en el primer trimestre de 2023 y ahora mismo está a 2600 dólares, un 117 % más. Por otro lado, el galio costaba 300 dólares el kilo y ahora está a 530 dólares, un 77 % más. Estas materias primas se usan principal en la producción de chips de gestión de energía, amplificadores de radiofrecuencia, ledes, dispositivos de visión nocturna, o paneles solares, entre muchos otros usos.
El problema de fondo es que China acapara, según algunas fuentes, más del 90 % de la producción global de estos elementos, y no hay alternativas a ello. Occidente no podría producirlos en su territorio ya que su extracción tiene un alto impacto en el medioambiente, pero más lo tiene el proceso de separación de los otros elementos con los que normalmente se les encuentra mezclados. Habría que cambiar todas las leyes medioambientales de todo Occidente para producirlos aquí.
China también ha estado introduciendo otras restricciones a las exportaciones de otros elementos como el antimonio, el cual puede tener un impacto mucho mayor en la producción de chips. Se usa en la producción de chips lógicos, lo cual afecta a la producción de las CPU y GPU. China acapara el 70-80 % de la producción mundial de antimonio, por lo que su precio también seguirá la misma senda que la del galio y germanio. Su extracción y refinado es también altamente contaminante para las aguas y el aire, tanto en forma de ácidos, gases y polvo en suspensión.
Vía: Tom's Hardware.