Lo que durante muchos años fue un mito, se terminó confirmando el año pasado gracias a la persistencia de Joe Lewandowski, un trabajador del sistemas de basuras de Alamogordo y coordinador de las excavaciones y ayuda de Microsoft, se logró desvelar que aquellos cartuchos de E.T para la Atari 2600 realmente llevaban años enterrados en aquel pueblo, junto a copias de Missile Command, Defender, Swordquest, Pac-Man y muchos otros títulos.
Allá por las navidades de 1982 se estrenó la famosa película de Steven Spielberg: E.T el extraterrestre. Atari, reina por aquel entonces del mercado de los videojuegos, decidió aprovechar el tirón de la película fabricando 4 millones de unidades del juego (dice la leyenda falsamente que se fabricaron mas juegos que consolas había) de las que solo vendió 1.5 millones.
¿Y qué pasó con los cartuchos restantes? Hasta el año pasado leyenda, ahora se sabe que fueron enterrados en el desierto cerca del pueblo de Alamogordo en Estados Unidos. El juego, por cierto, se trataba de un horrible juego con un desarrollo lleno de baches debido al escaso tiempo de desarrollo, que dio como resultado uno de los peores juegos de Atari 2600.
Pero lo que fue crisis para unos ha terminado siendo beneficio para otros. De 881 cartuchos vendidos a coleccionistas se han obtenido 107.930 $ de los cuales 65.037,78 $ irán para la ciudad de Alamogordo, 16.259,44 $ para la Sociedad histórica de Tularosa y el dinero restante se usará para pagar los gastos de la excavación.
Lewandowski ha decidido no vender todos los cartuchos encontrados. 100 cartuchos son para la empresa que hizo el documental acerca de la excavación, 23 han sido donados a museos y ha decidido quedarse 297 cartuchos por si se decidiera hacer una segunda película de E.T, ya que estos se revalorizarían bastante y traerían más beneficios a la ciudad.
Desde luego, fue una sorpresa para todos cuando empezaron a sacar cartuchos de debajo de la tierra, para mi el primero que pensaba que todo era un mito, pero como he dicho antes, ha sido una gran noticia para coleccionistas, la ciudad de Alamogordo y para el señor Lewandowski. ¿Y la pobre Atari? Bueno, mejor dejarla tranquila en el asilo.
Vía: Techspot.