Microsoft está sufriendo el escrutinio de las agencias reguladoras de la competencia en los países occidentales, lo cual está dificultando que cierre pronto la compra de Activision Blizzard por unos 68 000 millones de dólares. El principal problema es Sony y el Game Pass, porque no está de acuerdo con que Call of Duty y otros juegos de Activision Blizzard abandonen su ecosistema. Microsoft ha dicho anteriormente que había ofrecido un acuerdo por unos años a Sony para mantener la franquicia en sus consolas, pero ahora habría ofrecido diez años para acelerar la adquisición.
Aun así, la Comisión Europea dijo en la apertura de la investigación de esta adquisición que había otros problemas, como engordar el Game Pass con dos editoras de videojuegos muy relevantes lo cual dificultaría mucho competir con este servicio, creando un monopolio de facto y una barrera enorme de entrada. Que solo esté en Xbox y Windows no ayuda al Game Pass, por lo que para saltarse ese problema Microsoft tendría que lanzarlo en otras plataformas (Android, iOS, macOS, Linux, ¿PlayStation?). Existen otros problemas de fondo, pero en el plazo de un mes más o menos la CE tendrá que tomar alguna decisión preliminar.
Además del plazo de diez años de Call of Duty en PlayStation, Microsoft habría ofrecido mantener los acuerdos previos de desarrollo de Activision, mantenerse neutral en las negociaciones de los sindicatos de Activision y Blizzard, y pagar 3000 M$ a Activision Blizzard si la compra fracas.
Vía: TechSpot.