Cuando vi la película el fin de semana pasado, y salió en la pantalla la isla de Raoul Silva, me quedé pensando "vaya, qué bien hecha está por ordenador, aunque los escenarios no son muy realistas". Vale, hay que decir que no me gusta saber absolutamente nada de una película antes de ir al cine, ni suelo ver los "cómo se hizo".
Esa isla existe de verdad, y está situada en Japón. Se llama Hashima y servía como isla minera de extracción de carbón para Mitsubishi a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Pero en la Segunda Guerra Mundial se utilizó como un campo de trabajos forzados para prisioneros chinos y coreanos. Cuando Japón pasó a utilizar petróleo como su fuente de energía principal y abandonar la minería del carbón, en 1974 la isla se abandonó, dejando atrás una de las zonas más densamente pobladas del mundo con sus 480 metros de largo y 150 metros de ancho: 83.500 habitantes por kilómetros cuadrado (su población llegó a ser de unos 5.500 habitantes). La isla albergaba 30 edificios residenciales, 25 tiendas, una escuela, un hospital y dos piscinas, entre otros.
Podéis también leer un reportaje más completo sobre el estado actual de la isla, con una buena cantidad de fotos. La verdad es que saber ahora que la isla es real, dará más grima verla en la gran pantalla. También hay un documental de 2002 sobre el regreso de uno de los niños que crecieron en la isla antes de su abandono.