La compra de 21st Century Fox por parte de Disney ha provocado un seísmo no solamente en Hollywood, pues las repercusiones se van a sentir a muchos niveles. No solo podrían verse afectados los salarios de varios sectores relacionados, como los guionistas, sino que hay muchos puestos que pasan a ser redundantes a nivel corporativo tras la compra, lo que puede traducirse en un buen número de despidos.
Por estos y otros motivos, las autoridades de la competencia y otras instituciones gubernamentales de Estados Unidos deben dar el visto bueno. De momento, los miembros del Partido Demócrata en el Congreso y el Senado ya han dicho que van a investigar esta compra, como la senadora Amy Klobuchar, del subcomité antimonopolio, ante las repercusiones para la industria y para los consumidores. El congresista David Cilline también ha mostrado su preocupación, indicando que EE. UU. está en un momento en el que los monopolios aumentan, esta adquisición podría ocasionar un incremento de la factura del cable, entre otras consecuencias.
Lo que está claro es que las autoridades no lo van a poner fácil. A pesar de que la administración Trump es propensa a permitir este tipo de acuerdos, la derrota en la carrera por el escaño en el Senado en Alabama puede suponer un quebradero de cabeza. Si, finalmente, la compra es autorizada, el panorama en la industria del entretenimiento se enfrenta a grandes cambios.
Vía: Comic Book Resources.