El emporio audiovisual que tiene Disney en sus manos es inmenso, y desgraciadamente solo le ha servido en tiempos recientes para destruir la franquicia de Star Wars. Afortunadamente, las películas de superhéroes se le ha dejado a Marvel Studios, a pesar de que Disney intentara meter mano directamente en ellas e hiciera que la de Vengadores: La era de Ultrón pueda considerarse un fracaso. Demasiadas manos ajenas metiendo baza en el mundo de los superhéroes, y después de ello Bob Iger dejó que Marvel Studios operara de manera independiente.
Después de echar un poco de bilis —esta semana estamos de ese humor en la web— contra Disney, la cuestión de fondo es que no todo lo que sale de la factoría Disney es contenido de calidad. Solo hay que mirar a Star Wars: Los últimos 'jedi' como ejemplo de ello. Y con lo que amenaza Disney es con llenar su servicio de vídeo bajo demanda Disney+ de todo tipo de contenido, tanto propio como ajeno.
De momento Netflix se va a quedar sin Capitana Marvel, que se estrena el 8 de marzo, y en su lugar será contenido exclusivo de Disney+. Bob Iger, el director ejecutivo de Disney, no ha mencionado lo que hará con las próximas películas que se estrenen, pero se puede presuponer que ya solo irán a parar a Disney+. También ha indicado que todo el conglomerado audiovisual de la compañía está trabajando en contenido exclusivo, ya sea Marvel, Pixar, Lucasfilm —planea la serie de El mandaloriano— o incluso National Geographic.
Pero, lo más importante, es que Bob Iger ha asegurado que obtendrá las licencias de emisión de contenido de otras plataformas, que obviamente terminarán fuera del alcance de Netflix. Porque si es por tirar de talonario, Disney tiene mucha más liquidez que Netflix para apostar muy fuerte por contenido exclusivo y licencias. El contenido incluirá tanto películas como series y programas de televisión.
Iger ha indicado que no tienen una fecha concreta de lanzamiento del nuevo servicio de vídeo bajo demanda, pero que antes de saberla necesitan cerrar el contenido inicial que tendrá, asegurándose de que sea suficientemente atractivo para los potenciales suscriptores. Ahora mismo están comprando contenido, pero están sobre todo pendientes de cerrar la adquisición de Fox, lo que les daría acceso a una enorme cantidad de contenido exclusivo adicional para Disney+.
Con esto, Disney está yendo a por todas, y claramente quiere competir directamente con Netflix. Puesto que los usuarios no pueden tener suscripciones a un millón de servicios de vídeo y otras suscripciones de todo tipo como Spotify, estas compañías están jugando con fuego: el hartazgo de los usuarios finales. Si pudiera parecer a todo el mundo que con la llegada de Netflix iba a reducirse sustancialmente la piratería, el hecho de que cada vez sean más los servicios de vídeo bajo demanda está provocando el efecto contrario: cada vez hay más contenido para piratear.
Vía: Ars Technica.