Varias fuentes indican hoy que Samsung es el líder absoluto en la venta de móviles a nivel mundial (juniper research, comScore e IDC), título que ha arrebatado finalmente a Nokia después de años de hegemonía. A pesar de lo que pueda parecer a simple vista, esta nueva posición dominante no se debe a haberle comido terreno a Apple, su principal competidor, si no ha haberse aprovechado de la debacle del resto de compañías.

Recordemos hace solo cinco años, el panorama era completamente distinto, Nokia y RIM se repartían el marcado de teléfonos y smartphones respectivamente. Nokia era el símbolo de la innovación móvil y Blackberry era la única plataforma viable a nivel empresarial. Cuando IPhone entró en escena, destrozó los cimientos del negocio móvil e hizo que tomara una dirección que dificilmente la competencia podía seguir, juntando un hardware y un software con una calidad muy por encima del resto.

A pesar de ello, Nokia ha seguido viviendo de las rentas hasta ahora, debido principalmente a su gama baja de móviles, que ha seguido vendiendo muy bien. Pero la batalla de los smartphones la perdió hace mucho tiempo, principalmente con la llegada de Android que junto con Apple se han repartido el pastel mundial. Dejando a Nokia y a RIM completamente barridos del panorama, principalmente por ser extremadamente conservadores y cometer el error de considerar al software como una característica más del teléfono.

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Samsung sin embargo ha pasado a ser en poco más de un año un completo dominador del sector, colocando productos en todo el espectro de precios de la industria: desde los usuarios más entusiastas, hasta los menos pudientes. El resultado es el que comentamos hoy, un amplio volumen de ventas y claro dominador en la plataforma Android, eclipsando a otras compañias como Motorola, LG y HTC que han quedado en un segundo plano. Y no ha sido hasta ahora, que Samsung empieza a plantearse, como llegar hasta el usuario de Apple, aunque yo diría que es sólo una maniobra para afianzar a sus ya fieles compradores.