Tim Cook ayer dijo durante la conferencia de Apple que hacía dos semanas habían vendido su iPad número 100 millones. Y estaba totalmente emocionado. Pero lo que ha provocado sus palabras es que todos los analistas bajen las previsiones de ventas de iPads en el tercer trimestre del año.
Que Tim Cook diga que hace dos semanas vendieron el iPad 100 millones, si el 30 de junio habían vendido 84.12 millones en total estos años, hace estimar que de julio a septiembre vendieron unos 15 millones. Cifras que, debido a lo erróneo de sus predicciones, todos los analistas han modificado en ese sentido. En el segundo semestre se vendieron 17.57 millones, y pensaban que iban a vender más.
Pero claro, muchas veces el lenguaje es como es, y si yo digo que el otro día me fui a cenar al burger, ¿qué día fue? ¿La semana pasada? ¿Hace tres semanas? ¿Anteayer? Y están deduciendo que es exactamente hace 14 días cuando lo vendieron, y por ello han empezado a modificar las cifras de ventas de iPads, aunque las cifras oficiales las dará Apple este jueves.
El iPad está claro que está perdiendo fuelle por los competidores de alta calidad que están saliendo al mercado con Android y Windows 8 RT. Competidores en todos los segmentos, excepto en la gama media-baja en la que dominan las tablets de 7 pulgadas, como la Nexus 7 o la Kindles Fire HD (con competidores a punto de llegar como la Nook HD). Pero la siguiente tabla demuestra la aleatoriedad con que dan cifras los analistas, como si de políticos se trataran. "En los próximos meses vamos a recaudar más por la subida del IVA". Grandes analistas les habrán dicho eso, que luego la cagan.
Muchas veces no sé de dónde se sacan las cifras, o qué han analizado más allá de ver las últimas estimaciones de ventas, ver la competencia, y decidir tomándose una cerveza "sí, parece que van a vender mucho más, ¡ponme otra, Sam!" porque nos apetece, y soltar la cifra. Y encima les pagan por ello. Increíble pero cierto. Cada día hay decenas de analistas que rectifican, contrarectifican y justifican sus fallos.
En resumidas cuentas, que esto de los analistas de hoy en día es como pronosticar los resultados de unas votaciones: unas veces se acierta, y otras se falla estrepitosamente. Unos más que otros.