Empiezan a llegar las primeras cifras de comportamiento de las empresas durante el segundo trimestre del año, y no son buenas. En el caso de HTC, que se haya en un estado de reestructuración con cambios de directivos y de estrategia a largo plazo, ha sufrido un nuevo descenso de sus beneficios del 83 por ciento con respecto al mismo trimestre del año pasado.
Esto sitúa los beneficios en tan solo 85 millones de dólares (unos 70 millones de euros), sobre unos ingresos de 2.350 millones de dólares (1.900 millones de euros). El fabricante taiwanés no tiene un futuro claro pese al éxito de ventas que ha obtenido con el HTC One, sin duda el mejor buque insignia de Android que hay en la actualidad.
La actitud actual de HTC es continuar el éxito del HTC One creando nuevas versiones como el One Mini, que difícilmente le harán mantenerse vivo en el mercado durante mucho tiempo. Desde hace meses se está viendo que los únicos fabricantes que obtienen beneficios con sus teléfonos móviles son Samsung y Apple, y HTC ya no obtiene beneficios (era el año pasado el tercer fabricante que obtenía beneficios con los teléfonos).
Los usuarios piden teléfonos baratos, y los fabricantes en un intento por competir por la atención del usuario, se centran en vender en grandes cantidades para hacer frente a márgenes de beneficios menores. Apple maneja un 30 por ciento de beneficios en los iPhone y Samsung y demás compañías del sector en torno al 20 por ciento. Si bien Apple también vende directamente sus terminales a la vez que negocia duramente y agiliza su arsenal de proveedores, hay que recordar que Samsung se fabrica sus propios componentes, y que de hecho es el "secreto" de que ambas compañías tenga una posición tan fuerte en el mercado.
¿Excesiva competencia en el terreno de los smartphones Android? Seguramente. Aunque esto signifique que los usuarios puedan adquirir productos más baratos, también significa que más de una compañía puede echar el cierre en próximas fechas si no encuentran la forma de reducir costes (más allá de la vieja táctica de despedir indiscriminadamente).