Algo que no es nada atípico en el mundo del software es que las compañías paguen a empresas y particulares por encontrar fallos en sus aplicaciones. Google es una de las más activas en este aspecto, y desde que empezó el programa de recompensa por encontrar bugs ya ha pagado más de 2 millones de dólares.
La cuantía que pagan por cada una depende de a qué sistema afecte de la aplicación y de qué se trate. Aquellos que son más raros de que ocurran o que no son fácilmente explotables son considerados menores, pero aquellos que son fácilmente explotables en el navegador, que puedan ejecutar código de terceros, etc., puede valer hasta 10.000 dólares. Hay empresas que se dedican a encontrar estos tipos de fallos, que también se habrán puesto hasta las botas porque Microsoft creó recientemente un programa similar para Internet Explorer 11.
Además de anunciar la cantidad que ya ha pagado a empresas y particulares por encontrar fallos, también han aumentado las recompensas para cada tipo que se encuentre, moviendo la recompensa básica de 1.000 dólares hasta los 5.000 dólares. No está nada mal para asegurar que su navegador es el más seguro del mercado, pero teniendo en cuenta que las contraseñas que guardemos en el navegador se almacenan en texto plano y que cualquiera con acceso a nuestro ordenador puede verlas, quizás deberían empezar por securizar ese apartado.