La revolución que planteó Kinect a la hora de interactuar con los juegos se basa en un hardware específico incluido en dicho dispositivo, que además cuesta unos 100 euros. ¿Qué pasaría si pudiéramos convertir cualquier cámara de un teléfono u ordenador en un sensor Kinect? Microsoft Research ha presentado su investigación en este apartado durante el congreso SIGGRAPH.
El resultado es que mediante un nuevo software una cámara RGB normal es capaz de interpretar la información que ve en 2D como si fuera en 3D después de un proceso previo de calibración que lleva menos de un minuto. A partir de ahí, con la información generada y la que se interpreta en tiempo real, se pueden realizar modificaciones al instante como por ejemplo aplicar texturas o deformaciones.
Quizás no sea una opción ideal para sustituir a corto plazo a Kinect, pero se podría usar en captura de movimientos y modelos 3D para uso en producciones baratas.
Vía: EnGadget.