Un nuevo sistema de seguridad para los coches va a llegar próximamente, y será útil para todos aquellos que son propensos a conducir después de haber tomado alguna copa de más. La agencia que regula la seguridad en las carreteras en EE. UU. (National Highway Traffic Safety Administration, NHTSA) está apoyando la inclusión en la oferta de medidas de seguridad para nuevos coches una que no dejará arrancarlo si se detecta que el conductor está ebrio.
Para ello incluye un detector de partículas en aire, suficientemente avanzado como para detectar sólo las de la zona del conductor a través de un análisis de luz. El botón de arranque del vehículo también sería sustituido por uno que incluye un espectómetro para analizar las partículas de alcohol en la sangre del conductor.
Si la tasa es superior a 0,8 mg/l (la española es 0,5 mg/l), el coche no arrancará. También se puede configurar para que los menores de 21 en EE. UU. no lo puedan arrancar si se detecta cualquier nivel de concentración de alcohol en sangre. Esta medida no es obligatoria por ahora, aunque este tipo de iniciativas con el tiempo sí que terminan siéndolo, como lo fue en su día el cinturón de seguridad.