La demanda por conseguir baterías con una mayor eficiencia, número de ciclos de carga y autonomía es cada día más grande. Cada vez un mayor número de empresas e instituciones de investigación se lanzan a tratar de conseguir mejoras en dichos aspectos, tratando de desarrollar o perfeccionar tecnologías que sean capaces de atender las exigencias de la industria y de los particulares.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Cambridge ha conseguido resultados prometedores con una batería de litio-aire. Este tipo de baterías no son nuevas, pero hasta ahora no se habían conseguido superar los retos que impedían que fueran una opción viable. Para ello han empleado un electrodo de carbón hecho de grafeno. Esto ha permitido alcanzar una mayor eficiencia, capacidad y estabilidad que en intentos pasados con este tipo de baterías.
Aunque no han conseguido resolver todas las problemáticas inherentes a esta química, sí muestran rutas que permitirían conseguir un dispositivo viable. Aún así, se estima que esta tecnología aún está a una década de lograrse. Entre los retos aún por superar están, entre otros, el conseguir evitar que estas baterías requieran oxígeno puro para cargarse, así como evitar que exploten a causa de las dendritas, o fibras delgadas de metal de litio, que se crean durante su carga.
La batería que han obtenido estos investigadores tiene una alta densidad de energía, más de un 90% de eficiencia, y puede recargarse más de 2.000 veces. A pesar de lo mucho que queda por delante, este es un gran paso adelante. La posibilidad de conseguir baterías que tengan 10 veces más carga que las de ion de litio es demasiado tentador como para no seguir adelante.
Vía: Science Alert.