Los productos de Apple suelen contar con pequeños trucos para convertirlos en excelentes pese a que a primera vista podrían ser catalogados dentro de un hardware normal. Es por lo que incluso con una batería de 1.715 mAh el iPhone 6s dura tanto como una gran cantidad de teléfonos con baterías de entre los 2.200 y 2.500 mAh: mayor eficiencia de sus componentes.
Sobre todo en la pantalla, ya que cuando adoptó la tecnología IGZO aprovechó también para reducir el número de LED que propocionaban la retroiluminación, y de esta forma reducir notablemente su consumo, entre otras mejoras que ha ido introduciendo. Ahora, según Bloomberg, Apple se habría hecho con el control con un laboratorio de investigación de Qualcomm centrado en las pantallas Mirasol.
Estas pantallas funcionan de forma similar a las de tinta electrónica, aunque depende de la iluminación exterior para iluminar los LED que componen cada píxel. Evolucionar esta tecnología de pantallas de poco consumo para que tenga una mejor calidad de colores podría ser el primer paso, en términos de Apple, de un iPhone todavía más fino. La autonomía estaría por ver.
Apple habría contratado a 50 ingenieros de Qualcomm y AU Optronics para continuar con la investigación (AUO es, junto con LG y Samsung, uno de los grandes fabricantes de paneles para monitores). El laboratorio en sí no muestra ningún logo de la compañía, aunque la recepción sí muestra un logo de Apple. El edificio está actualmente registrado a nombre de Apple Taiwán.
Vía: TechCrunch.