No es la primera vez que un coche choca, ni es la primera vez que lo hace uno de los coches autónomos de Google. Lo que sí es novedad es que en este leve accidente en California el culpable no fue un conductor humano, sino el sistema de conducción autónoma del coche.
El modelo implicado en el accidente era uno Lexus que Google usa para sus pruebas, que mientras se encontraba en modo autónomo, colisionó con un autobús de pasajeros que circulaba por el carril contiguo. Según el informe de tráfico, el Lexus conducía de forma normal cuando encontró unos sacos de arena en la vía, lo que le obligó a encender la señal de cruce e intentar cambiarse al carril de su derecha.
El problema surgió cuando un autobús de pasajeros que circulaba por ese carril no se detuvo para darle paso al Lexus y fue cuando ocurrió la colisión. Afortunadamente, no hubo heridos, ya que el choque se produjo a menos de 4 km/h, y el autobús a menos de 25 km/h. Se produjeron daños a la parte delantera derecha de la carrocería, uno de los sensores de conducción lateral, y a la rueda de la misma zona.
Este tipo de situaciones es lo que hace que desarrollar sistemas de conducción autónoma para coches sea tan difícil, sobre todo porque es imposible prever todas las situaciones para que el coche reaccione como si su conductor fuera un humano.
Vía: Tech Crunch.