Una de las características habituales en los servicios de comunicación modernos es la implementación de la encriptación extremo a extremo. Mediante ella, el proceso de cifrado de la información se realiza entre los implicados en la comunicación en lugar de tener que depender de un servidor intermedio que sea el que asigne las claves de encriptación.
Puesto que la clave de encriptación solo se almacena en los implicados en la comunicación, nadie ajena puede escuchar la conversación. El último servicio en implementarlo es WhatsApp, que con más de 1.000 millones de usuarios debería de haber tenido más prisa en implementarlo.
La activación de la encriptación extremo a extremo se ha realizado hoy para todos los usuarios, y se necesita de la última versión de WhatsApp para poder aprovecharse de esta mejora de seguridad. También se aplica a la versión web, que es una mera forma de visualizar el contenido del teléfono y no un cliente separado.