La Comisión Europea se acaba de embarcar en una nueva cruzada para defender a Europa de la invasión cultural estadounidense. Los miembros de la comisión van a tratar de imponer una cuota de películas y series europeas en el catálogo de los servicios de vídeo bajo demanda que operen en la unión, como Amazon Prime y Netflix.
El objetivo que se han fijado es imponer que al menos el 20 % del contenido sea de origen europeo. También permitirán que los estados miembros de la unión puedan obligar a estos servicios a invertir en series y películas europeas.
Según el Observatorio Audiovisual Europeo, las cadenas de televisión del continente invierten el 20 % de sus ingresos en contenido original, mientras que los proveedores de vídeo bajo demandan solo invierten un 1 % en contenido creado en europa. Para la comisión europea, es una forma de promover las obras europeas, lo cual tendrá un impacto positivo en la diversidad cultural.
A pesar de que parezca que las imposiciones de la Comisión Europea van dirigidas hacia Netflix, no es el caso. La división europea de la compañía estadounidense ofrece un 21 % de películas europeas. Por ejemplo, la versión española de Netflix se encuentran un buen número de películas y series de televisión nacionales, como El Ministerio del Tiempo, Velvet, Isabel o las cuatro primeras entregas de Torrente.
Por otro lado, Netflix acaba de lanzar su primera serie francesa, Marseille, mientras que va a producir series originales desarrolladas en Reino Unido, Italia, Alemania y, por supuesto, España. Amazon no quiere quedarse atrás, ya que va a producir también su propio contenido europeo.
Así pues, parece que la Comisión llega tarde en este caso, ya que los principales actores en el mercado internacional de contenidos audiovisuales bajo demanda ya tienen cubierto el frente de las producciones propias europeas. Sin embargo, esta decisión de la comisión puede ponerle muy difíciles las cosas a nuevas compañías que traten de hacerse un hueco y que no puedan hacer frente, al menos en sus comienzos, a una producción propia.
Vía: Deadline.