Hace unos días Microsoft vendió todo lo relacionado con los teléfonos básicos de la antigua Nokia a una compañía integrada por exdirectivos de la compañía finesa y de Microsoft, con el apoyo del fabricante Foxconn. El importe total de la operación asciende a los 350 millones de euros.
Esta venta significa que la compañía ha tenido que asumir unos costes de reestructuración por valor de 950 millones de dólares, de los cuales 200 millones irán a pagar los finiquitos de los 1.850 empleados que van a despedir. De estos, 1.350 están en Finlandia.
Los despidos se realizarán a lo largo del año, librándose así de la mayor parte de los antiguos empleados de Nokia. Los esfuerzos de la compañía en el campo de los teléfonos móviles se van a centrar en aquellas áreas en las que se puede diferenciar de la competencia, con empresas y consumidores que valoren la seguridad, la gestión y las capacidades que ofrecen características como Continuum, según indicó el director ejecutivo de Microsoft, Saya Nadella.
Va a seguir con el desarrollo de Windows 10 Mobile y la venta de los teléfonos que lo utilizan. Continuará con el soporte del sistema operativo, tanto para sus teléfonos como para sus socios comerciales como Acer o HP, por lo que en el apartado de los teléfonos inteligentes de gama media-alta no cambia nada.
Vía: The Verge.