ARM ha presentado el nuevo núcleo Cortex-A73 para los SoC de 2017, al que le acompaña una nueva arquitectura de tarjeta gráfica integrada denominada Bifrost. Es una nueva arquitectura presente en la GPU Mali-G71 que las compañías podrán comenzar a licenciar para sus SoC.
Existe un cambio en esta arquitectura en la forma de funcionar, que tiende más a fomentar el procesamiento paralelo a nivel de hilo (TLP, del inglés Thread Level Parallelism), alejándose del paralelismo a nivel de instrucción (ILP, del inglés Instruction Level Parallelism), que es exactamente lo que ocurre con las últimas arquitectura de Nvidia y AMD. De esta forma se pueden aprovechar mucho más los recursos del sistema y que estén funcionando todos los componentes el máximo tiempo posible, y promete una mejora del rendimiento de hasta el 50 %.
También hay cambios en los registros, sombreadores y en los modos de ejecución, sobre todo de cara a poder garantizar que ciertas instrucciones se van a ejecutar de cierta forma y con la certeza de que van a ejecutarse en un tiempo determinado. Son los principios de los sistemas en tiempo real y que, en este caso, permiten ajustar la latencia de generación de fotogramas para, lo habéis adivinado, la realidad virtual.
Los cambios de la arquitectura a nivel más bajo están perfectamente explicados en Anandtech, aunque puede ser una lectura densa si no se tienen ciertos (o bastantes) conocimiento de arquitectura de GPU. Por tanto, voy a resumir un poco lo que dicen para ir directos al grano: lo que aporta al entorno de los procesadores móviles.
La GPU Mali G71 que implementa esta arquitectura puede configurarse desde cuatro hasta 32 núcleos de sombreadores, proporcionando escalabilidad a los fabricantes. una Mali-G71MP4 podría ser utilizada en monitores para gestionar la imagen, mientras que una MP16 en portátiles o una MP32 en sistemas de realidad virtual. Escalabilidad, escalabilidad, escalabilidad. Que por otra parte es fácil de conseguir con el diseño TLP utilizado por ARM.
La compañía también asegura que es capaz de computación heterogénea, para utilizar la CPU y GPU para la ejecución de una misma tarea de forma conjunta. Tiene soporte a la librería gráfica Vulkan, una API de bajo nivel, y OpenCL 2.x. Reduciendo las mejoras a datos, supone un 20 % más de eficiencia energética, con un 20 % más de ancho de banda, un 40 % más de rendimiento por mm, y el ya mencionado 50 % de mejora de rendimiento global con respecto a las GPU que están actualmente en el mercado de los dispositivos móviles.