La venta de productos falsificados es un problema para cualquier empresa, aunque este es mayor cuando se pueden adquirir en una tienda, sea física o digital. Para mantener estos productos fuera de su web, Amazon acaba de declararle la guerra a las falsificaciones.
La compañía de Jeff Bezos ha decidido poner varias trabas a los vendedores de productos de marcas conocidas en su web. Entre ellas está una fianza no retornable de entre 1.000 y 1.500 dólares por marca y la necesidad de presentar albaranes de compra del fabricante o de un distribuidor que demuestren que se han comprado 30 artículos en los últimos 90 días.
Estas agresivas tácticas por parte de Amazon no han sentado muy bien entre los vendedores que venden productos legítimos a través de la web, lo cual puede desincentivar a aquellos que no facturen al menos un millón de dólares. Eso sin contar que puede desembocar en una oferta menor de productos con un precio menos ajustado.
Vía: The Next Web.