Samsung se juega su reputación con el próximo lanzamiento del Galaxy S8 tras el fiasco del Note 7, y quizás por ello se rumorea que los dos modelos con que cuente serán phablets con pantallas de 5.7 y 6.2 pulgadas. Pero además de las habituales mejoras en calidad de pantalla, procesador y almacenamiento, el próximo teléfono insignia de la compañía contaría finalmente con una pantalla con sensores de presión.
Esta característica serviría para cosas similares al 3D Touch incluido en los iPhone desde el año pasado. Entre otros muchos usos, con una leve presión en un icono aparece un menú con opciones adicionales, o al tocar el enlace de una foto se muestra una miniatura, y al apretar del todo se abre. Es sobre todo una mejora en la experiencia de usuario y uso de interfaz cuya implementación queda en última instancia en manos de los desarrolladores.
Google ha retrasado hasta la próxima versión de Android el soporte a este tipo de pantallas debido a dificultades en su desarrollo, que finalmente no consiguió llegar en los teléfonos Pixel presentados en octubre.
Vía: WCCFTech.