AMD está teniendo buenas críticas con sus procesadores Ryzen, pero la puesta en el mercado de una arquitectura totalmente nueva en mucho, mucho tiempo, tiene sus consecuencias. A diversos fallos en el BIOS de las placas base, corregidos con diversas actualizaciones del kit básico de desarrollo de su firmware conocido como AGESA, les va a seguir una revisión de los propios procesadores.
Estas revisiones se realizan al proceso fotolitográfico de producción, modificando las capas que se usan para crear la lógica o el conexionado de los circuitos integrados. El número de revisión en este caso pasa a ser el B2, desde el B1 usado en los actuales procesadores Ryzen en el mercado, y que denota cambios a la capa metálica que interconecta los componentes de los chips, por lo que dentro de lo que cabe es un cambio menor.
Crear una revisión de un chip significa que hay fallos en él que no se pueden corregir mediante una actualización del BIOS o que AMD ha encontrado alguna forma de mejorar/reducir costes del proceso de producción de los Ryzen. Me inclino más hacia el primer caso, porque podría significar mejoras al uso de memoria RAM, su potencial de overclocking, o un poco de todo. Además que la fuente del rumor indica claramente que es para "corregir multitud de fallos a nivel de hardware".