Tras la presentación de resultados de AMD del tercer trimestre de 2017, donde ha ganado un 34 % más, le ha tocado el turno a hacer lo propio a Intel. En esta ocasión, la compañía no ha tenido grandes mejoras en sus cifras con respecto al T3 de 2016, pero tampoco han empeorado. La puesta a la venta de los procesadores Ryzen le ha afectado menos de lo que se podría esperar, y sus ingresos han pasado de 15 800 M$ a los 16 100 M$, un aumento del 2 %.
El margen bruto ha descendido ligeramente del 63.3 % al 62.3 %, y sus beneficios han aumentado un 34 % desde los 3400 M$ hasta los 4500 M$. No son malas cifras, pero la falta de mejora de ventas es un dato significativo. Queda respaldada por el hecho de que el Grupo de Computación de Cliente ha mantenido sus ingresos en los 8900 M$, misma cifra que en el mismo periodo de 2016. Las ventas generadas por sus plataformas, una medida de las ventas de procesadores y chipsets, bajaron un 2 % y el volumen del negocio un 7 %; los ingresos por portátiles aumentaron un 2 % pero las de sobremesa descendieron un 6 %.
El resto de divisiones de la compañía han tenido más fortuna, con el Grupo de Centros de Datos aumentando sus ingresos un 7 % hasta los 4900 M$, el Grupo del Internet de las Cosas mejora un 23 % hasta los 849 M$, el Grupo de Soluciones de Memoria No Volátil asciende hasta los 891 M$ (un 37 %), y el Grupo de Soluciones Programables mejora un 10 % hasta los 469 M$.
Vía: The Tech Report.