La idea de crear Ethereum como una criptodivisa que se pudiera minar solo en tarjetas gráficas ligándola a la VRAM y resistente a las ASIC hizo un flaco favor al sector —y uno muy grande a AMD—. Desde que empezó a subir su precio en a abril del año pasado, las tarjetas gráficas de AMD han desaparecido del mercado. Solo con un repunte de la dificultad y un estancamiento de su precio permitieron entre octubre y noviembre que estuvieran nuevamente ampliamente disponibles, pero un nuevo repunte en el precio del éter ha vuelto a desabastecer a las tiendas.
AMD está en el ojo del huracán porque la criptominería ha imposibilitado poder comprar las RX Vega, y ahora también casi cualquier GTX 1070 en adelante de su rival Nvidia. En la presentación de los resultados del cuarto trimestre, Lisa Su ha querido indicar que están aumentando aún más la producción de sus GPU. Sin embargo, el problema al que se enfrentan los ensambladores de tarjetas gráficas para fabricarlas en mayor cantidad no es que no tengan disponibles sus GPU, sino que no tienen acceso a suficiente memoria GDDR5 y HBM2.
La alineación planetaria está en contra del usuario de a pie, ya que las tarjetas gráficas se están agotando en distribuidor y no llegan a tienda. Y si llegan, lo hacen a precios desorbitados —del calibre de 1000 euros por una RX Vega 64—. La producción de VRAM va a seguir siendo un problema durante 2018, y es algo en los, según Su, «estamos trabajando junto a nuestros socios del sector de la memoria».
Puesto que la demanda de tarjetas gráficas es fluctuante, AMD y Nvidia tampoco pueden ordenar a sus socios GlobalFoundries, TSMC y Samsung el que produzcan más chips que pueden tener que mantener en sus almacenes durante un tiempo indeterminado. AMD parece confiada en que la demanda de sus GPU va a mantenerse en un nivel alto durante todo el año, o no habría dado orden de aumentar la producción. Además que, salvo que explote la burbuja de las criptodivisas, no tienen pinta de que este problema desaparezca en 2018.
Vía: AnandTech.