Apple es bien conocida por su tendencia a soldar los chips de memoria a la placa base, si bien fue una sorpresa que la renovación del Mac Mini del año pasado optara por no hacerlo. Eso ha facilitado la actualización de la memoria a un precio mucho más económico que el pedido por Apple, y ha sido un buen revulsivo para las ventas del Mac Mini. Pero los portátiles son otro mundo, y ciertamente Apple no está tan interesado en facilitar su actualización.
Esta semana la compañía ha hecho cambios en la alineación de portátiles, descatalogando el MacBook de 12 pulgadas y renovando los procesadores de otros equipos como el MacBook Pro de 13 pulgadas, y este último además de procesadores más potentes por un coste menor, haciéndolo más atractivo en principio, lo cierto es que hay un detalle importante que cambia como es que ahora suelda a la placa base el almacenamiento.
Apple usa un formato de SSD propio, por lo que solo algunas compañías como OWC ofrecen opciones de actualización, pero a un coste sustancialmente inferior. Teniendo en cuenta que el modelo base solo incluye 128 GB y la actualización a 256 GB cuesta 250 euros, a eso se le llama «robo» con todas las letras.
Aun así, hay algunos puntos positivos de este nuevo modelo. Por ejemplo, que la batería pasa de 54.5 Wh a 58.2 Wh, incluye el chip de seguridad T2, y hay algunas partes modulares que facilitan su reemplazo en caso de que se estropeen, como el módulo de Thunderbolt o el puerto de audio de 3.5 mm que también incluye el lector de huellas. Este modelo usa la tercera generación de teclas tipo mariposa, que son del gusto de pocos y que Apple estaría planeando cambiar en futuros Mac.
Vía: 9to5Mac.