Microsoft ha tenido un gran éxito en los últimos años con sus tabletas Surface Pro, y ahora la ha renovado en forma de la Surface Pro 7 —para no ser especialmente original con el nombre—. Incluye una pantalla de 31.2 cm (12.3 pulgadas) con una resolución de 2736 × 1824 píxeles, pero en esta ocasión reducen más los marcos, en torno a un 33 %, para darle un tamaño algo más compacto de 292.1 mm × 200.6 mm × 8.4 mm.
Todos los modelos pesan en torno a los 780 g, y para convertirlo en un equipo dos en uno habrá que comprar por separado la funda-teclado, con opción de adquirir también un ratón Surface y el Surface Pen, por lo que el precio de esta tableta se puede disparar. En el diseño solo se incluye un conector USB 3.0, un USB 3.0 tipo C —un añadido agradable pero que llega tarde—, uno de 3.5 mm y un mini-DisplayPort, contando además con wifi 802.11ax y Bluetooth 5.0.
Las opciones de procesadores son las de la serie Ice Lake de Intel, empezando por el Core i3-1005G1 de doble núcleo, pasando por el Core i5-1035G4 de cuatro núcleos y terminando en el Core i7-1065G7 de cuatro núcleos. Se puede adquirir con 4 GB, 8 GB o 16 GB de memoria LPDDR4X a 3733 MHz, y de 128 GB a 1 TB de almacenamiento de tipo PCIe 3.0 ×4. Cuenta con cámara frontal de 5 Mpx, trasera de 8 Mpx, y ambas son capaces de grabar vídeo a FHD. El sistema estéreo es de 1.6 W. El cargador proporcionado es de 65 W.
La tableta Surface Pro 7 empieza en los 749 dólares por el modelo de Core i3, 4 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento cuando se ponga a la venta a finales de octubre, siendo el modelo más caro el de Core i7, 16 GB y 1 TB que tendrá un precio de 2199 dólares.