Intel ha tenido multitud de problemas en los últimos años para avanzar en sus procesos litográficos, quizás también confiado en que AMD no era competencia. Hasta que llegaron los procesadores Ryzen. Ahora, la compañía lucha por mantener una significativa cuota de mercado, aunque mes a mes cede más terreno a AMD por la incapacidad de la compañía de cubrir la demanda de sus procesadores.
Bob Swan, el director ejecutivo de Intel, ha indicado que la compañía va a cambiar de estrategia en el futuro cercano, dejando de obsesionarse por mantener el 90 % de la cuota de mercado de los procesadores. Y más le vale, porque con la alta calidad y comparativamente bajo precio que tienen los Ryzen poco puede hacer si se mantiene la escasez de producción hasta finales de 2020 como diversas compañías prevén.
En lugar de ese porcentaje del mercado de los procesadores, la compañía va a cambiar a mantener un 30 % de las ventas de semiconductores. Esto implicará la diversificación en nuevos mercados, algunos en los que va a ser un nuevo jugador como en el de los chips de procesamiento gráfico, y sobre todo asentarse en otros como el de la inteligencia artificial con sus FPGA y ASIC. El mercado de los semiconductores roza mueve actualmente en torno a los 288 000 millones de dólares, y por tanto Intel aspira a mantener bajo su techo en torno a los 86 000 M$.
Swan también ha añadido algunas perlas como que la compañía decidió ir más allá de la tradicional ley de Moore y que en el paso de los 22 nm a los 14 nm aumentaron la densidad de los chips 2.4 veces en lugar de las dos veces que indica esa ley, e intentaron hacerla de 2.7 veces en el paso de los 14 nm a los 10 nm. La compañía fue demasiado ambiciosa en sus procesos litográficos, ya que este acercamiento a la densidad por chip dificultó su producción, desembocando en la situación actual de la compañía con los 10 nm.
Vía: TechSpot.