Uno de los productos más pintorescos del sector de los videojuegos son los teclados de mano, que causa amor y odio a partes iguales dentro de la comunidad jugona. Muchos jugadores los encuentran útiles y otros muchos los encuentran inútiles. Pero lo que no se puede negar es que, como en cualquier otro sector, están sujetos a diseños y calidades distintas, y de todos esos teclados de mano o auxiliares destacan los de la serie Tartarus de Razer, y sobre todo la versión más reciente Tartarus Pro.
Desembalado y características
El Tartarus Pro llega en la habitual presentación de Razer en caja negro y verde, con una tarjeta en su interior de agradecimiento por la compra del producto, manual de instrucciones y unas pegatinas. Este teclado auxiliar se conecta mediante un cable de 1.8 m forrado de tela trenzada que acaba en un conector USB 2.0. Es todo lo que precisa para alimentar al dispositivo en sí y su iluminación.
A este tipo de teclado auxiliar me gusta más llamarlo teclado de mano porque incluyen una zona de sujeción para descansar la mano y acceder a otros extras que puedan incluir. Hay teclados auxiliares para jugones que se limitan a aportar una cantidad adicionales de teclas para asignarlas macros o acciones específicas, y hay otros teclados auxiliares numéricos cuyo nombre es autoexplicativo.
En este caso, el diseño del teclado de mano es para diestros debido a los extras que incluye. Para accionar con el pulgar hay una palanca, una cruceta con seta, un botón adicional y una ruedecilla como la de los ratones con la misma funcionalidad. En ese lado derecho también se incluyen indicaciones visuales. Luego para la mano se incluyen diecinueve teclas adicionales, las cuales tienen la característica de funcionar con los interruptores ópticos que Razer está usando en los dos botones principales de algunos de sus ratones, pero con un pequeño giro de mejora.
Estos interruptores tienen un punto de corte óptico, pero incluyen un muelle que detecta la fuerza que se ejerce —interruptores ópticos analógicos, como los llama Razer— y que es configurable en las macros y atajos de teclado. Tomando el ejemplo que pone Razer, se podría asignar a una tecla que si se pulsa hasta la mitad el personaje ande, pero si se pulsa del todo se ponga a correr. Esto abre una enorme cantidad de posibles casos de uso en juegos, como por ejemplo reducir la sensibilidad del ratón según la fuerza ejercida a una tecla, permitiendo un ajuste granular en función de lo que se quiera ajustar un disparo de francotirador. En total, este teclado auxiliar aporta treintaidós teclas adicionales totalmente programables.
La zona de reposo de la mano está forrada en parte de cuero, y en su conjunto el tiene muy buena calidad de fabricación y materiales. La iluminación RGB es configurable por tecla (ARGB), y se integra a la perfección con el programa Synapse 3.0 de Razer, el básico con el que se configuran todos los periféricos de la compañía bajo Windows —y que no ha llegado todavía a macOS o Linux—. Lo último que hay que comentar sobre el diseño del Tartarus Pro es que está disponible con la carcasa en negro pero también en blanco, para aquellos que quieran algo diferente —y casi me gusta más en ese color—.
Un periférico diferente y polivalente
El Tartarus Pro es un periférico excelente pero que no está hecho para todos los usuarios. Como ocurre con este tipo de productos atípicos, para sacarles el máximo rendimiento precisa de un tiempo de aprendizaje que en este caso puede ser bastante elevado. Hay que hacerse a jugar con este teclado de mano, y eso incluye usarlo para todo, desde su uso como los cursores —que por cierto están marcados en las teclas 08, 12, 13 y 14—, hasta la creación de las macros para cada juego, la iluminación —que tiene su aquel de configurar en Synapse 3.0—, y luego acostumbrarse a usarlos siempre.
Las posibilidades de uso del Tartarus por son enormes y todo depende de lo que el propietario quiera o no aprovecharlas y de la imaginación que tenga. No puedo decir que sea el jugón al que van dirigidos los teclados auxiliares, pero conozco gente que sí y de hecho que ya tienen modelos mucho más básicos —meramente un teclado auxiliar con varias teclas adicionales—. La inclusión de una cruceta, ruedecilla y un diseño más ergonómico lo convierte en un excelente teclado de mano y puedo asegurar que es el mejor en su especie que hay en el mercado.
Pero como todos los productos que son los mejores de su sector, este modelo tiene un precio elevado. Por un lado, por la alta calidad que tiene su fabricación. Por otro, porque no se vende mucho y eso tiene un impacto al alza en su precio. Por 150 euros que tiene de PVPR se pueden comprar un kit completo de teclado mecánico, ratón y teclado auxiliar, pero la experiencia de juego no será la misma. El Tartarus Pro ofrece mucho más de lo que ofrecen otras compañías, con un bajo ruido de los interruptores ópticos-analógicos, cruceta e iluminación, pero el precio podría ser el punto negativo más claro. Pero hay que tener en cuenta que, siendo un nicho de mercado, tampoco es un precio excesivo. Los teclados auxiliares parten de unos 30 euros, que es el precio de un teclado extendido con iluminación RGB o incluso con interruptores mecánicos baratos. Por tanto, no resulta tan caro al final para todo lo que incluye.
Sea como sea, la calidad y prestaciones del Tartarus Pro son innegables y es el mejor teclado auxiliar para jugones del mercado. Por bastante diferencia. En ello tiene mucho que ver los interruptores, la calidad de fabricación, botones y características adicionales que tiene. Ciertamente no es un producto para todo el mundo, pero los que se vean con ganas de explotarlo al máximo no acabarán defraudados.
Puntuación
9.5
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